Un fuerte olor a pegamento en el baúl, la ausencia de dos asientos traseros y una condena previa por un delito de contrabando del conductor, llevaron a una patrulla de gendarmes a pedir autorización para una requisa en la que se descubrió la droga oculta en varios compartimentos fabricados en el piso del rodado. El procedimiento se suma a otros dos registrados días previos, por cantidades de 50 y 26 kilos de la misma sustancia.

La jueza federal de Garantías N°2 de Salta, Mariela Giménez, declaró la legalidad de la detención, formalizó la investigación penal y dictó la prisión preventiva para un conductor que hace una semana fue descubierto con más de 194 kilos de cocaína ocultos en el piso de su automóvil, en un control vehicular realizado en la localidad salteña de Joaquín V. González.
Jorge Ramón Bulacio, quien reside en la localidad de Aguaray, en el norte de la provincia, fue imputado por el delito de transporte de estupefacientes.

La imputación surgió de un procedimiento realizado el 21 de abril pasado, alrededor de las 10.30, en la ruta provincial 30, a la altura de la localidad de Joaquín V. González, donde personal de Gendarmería Nacional había instalado un puesto de control vehicular, con la señalización correspondiente.
Indicó que Bulacio llegó al mando de un automóvil Citroën C4 Picasso, sin acompañantes. Los gendarmes no advirtieron inconvenientes con el control de la documentación del rodado, pero sí les llamó la atención que faltaban dos de los asientos traseros de este modelo que admite siete pasajeros.
A ello, se sumó el hecho de que, al pedir datos de los antecedentes penales del chofer, surgió que registraba una condena por un delito de contrabando, lo que llevó a los uniformados a ser más minuciosos en la requisa del auto.

Al pedirle al conductor que abra el sector del baúl para verificar si tenía la rueda de auxilio, entre otros elementos de prevención, es que los gendarmes percibieron un fuerte olor a pegamento y que en el lugar en el que debían ir los dos asientos extras del rodado, había una alfombra pegada al piso.
Al advertir esta y otras anomalías en el piso, los gendarmes comunicaron la situación a la fiscalía, que dispuso el traslado del rodado a la base de Joaquín V. González para una requisa más profunda y con la presencia de un testigo.
Como resultado de ello, y tras abrir un tramo del zócalo en la parte trasera del rodado, quedaron al descubierto varios compartimentos en cuyo interior había paquetes de droga. En total se extrajeron 186, equivalente a un peso total de 194 kilos con 511 gramos de cocaína, lo que motivó la detención de Bulacio.