Una investigación seguida a partir de un procedimiento realizado en septiembre de 2024 en el norte provincial permitió detener a un gendarme con revista en Santiago del Estero y a su tío, un panadero de la ciudad de Orán.
Ambos quedaron detenidos con prisión preventiva a pedido del fiscal. La jueza de garantías también autorizó peritajes sobre los teléfonos para profundizar la investigación.
instancia del fiscal federal Marcos Romero, quien se encuentra a cargo de la Sede Descentralizada Orán, la jueza federal de Garantías de Tartagal, Ivana Soledad Hernández, hizo lugar este miércoles a la formalización de una investigación penal seguida contra el gendarme Jorge Flores y su tío Héctor Flores, de profesión panadero, por el delito de transporte de estupefacientes agravado por el número de intervinientes y, en el caso del primero, por su calidad de funcionario de una fuerza de seguridad destinada a combatir ese delito.
La investigación había iniciado en septiembre del año pasado, cuando el conductor de un vehículo fue detenido con una bolsa de harina en la que llevaba casi 10 kilos de cocaína que había retirado de una panadería, y permitió establecer su vínculo con los Flores.
La jueza también autorizó los peritajes a cinco teléfonos secuestrados y dictó la prisión preventiva de los dos imputados, en línea con el pedido formulado por el fiscal. Los dos hombres habían sido detenidos el martes pasado a partir de allanamientos realizados en la ciudad de Orán y en la provincia de Santiago del Estero, que estuvieron a cargo de personal de la División Investigaciones Complejas contra la Narcocriminalidad (DICON) de Orán y Capital y de la Sección Aguaray, de la Gendarmería Nacional.

La policía retira la bolsa de harina del baúl del vehículo. Foto: Policía de Salta.
Al iniciar la audiencia, Jorge Flores se identificó ante la jueza como integrante de la Gendarmería Nacional, con el grado de sargento y con revista en la unidad Destacamento Móvil N°5, de Santiago del Estero. Reconoció además el vínculo de parentesco con su tío, quien reside en Orán.
Al referirse al caso durante la audiencia, el fiscal señaló que la detención de ambos acusados surge de una investigación iniciada el 17 de septiembre del año pasado, cuando una patrulla de la División Vial de la Policía de la Provincia detuvo un automóvil Citröen C4, quien circulaba de norte a sur por la ruta 50, a la altura de la localidad de Hipólito Yrigoyen, próxima a Orán.
Como resultado del control vehicular, se descubrió que el conductor, identificado como Sergio Peralta, llevaba en el baúl una bolsa de harina, en cuyo interior había diez paquetes, con un peso de casi 10 kilos de cocaína, de una pureza del 84 % y de la cual se pueden extraer más de 307 mil dosis.
Evidencias
Ante este hallazgo, el conductor quedó detenido y se secuestró el teléfono celular que portaba, del cual surgieron evidencias que luego fueron profundizadas con tareas de campo e inteligencia criminal y que llevaron a la fiscalía a identificar a Flores y a su tío como otros intervinientes en la maniobra de tráfico. En el proceso que se le inició tras su detención en septiembre pasado, Peralta fue condenado a tres años de prisión en suspenso en el marco de un acuerdo pleno.
El fiscal explicó que en las imágenes recopiladas de las cámaras de video del Servicio de Emergencias 911 se pudo advertir el arribo del conductor del vehículo en el auto Citröen C4 a la panadería donde reside y trabaja Héctor Flores, en la calle Alvarado al 600, de Orán, y su salida minutos más tarde con una bolsa de harina de la misma marca que luego le fue secuestrada con la droga en su interior.
Romero señaló además una serie de comunicaciones, que mantuvo el panadero con su sobrino gendarme a través de otro pariente, que permitieron establecer que la droga incautada al conductor del Citröen tenía como destino Santiago del Estero. También pudo saberse que Jorge Flores esperaba en el sur de Salta el cargamento para continuar su traslado.
El fiscal refirió otras comunicaciones interceptadas, de las cuales -según sostuvo- surge que el gendarme, ante la ausencia del vehículo con la droga y sin saber que su conductor había sido detenido, llegó a considerar que el transportista se había quedado con la cocaína.
En cuanto al panadero, en tanto, el fiscal señaló que, al ser detenido, se le secuestraron dos envoltorios con 10 gramos de cocaína, un arma de fuego, una suma de 1,2 millones de pesos, 2.000 dólares y cuatro teléfonos celulares, entre otras evidencias.