El hombre de 32 años se acercó a una parada de colectivo y comenzó a incomodar a unas jóvenes que se encontraban allí, pretendiendo iniciar una charla. Cuando llegó el ómnibus, los pasajeros comenzaron a subir. Una de las mujeres, que en un principio no le prestó atención al sujeto, quedó al último. El acusado se le acercó por detrás y repentinamente le tocó la cola y se retiró del lugar.
La denunciante subió al colectivo. Relató que en un primer momento sintió mucha impotencia, pero decidió descender nuevamente para enfrentar al sujeto. Alcanzó a ver cuando entraba a una casa y golpeó la puerta. La atendió una mujer que dijo ser tía del agresor. La joven le explicó lo sucedido y ambas lo increparon, pero él negaba el hecho. Ante esto, la damnificada llamó al Sistema de Emergencia 911 y a los pocos minutos llegó al lugar un móvil policial. El sujeto fue detenido.
En un juicio abreviado llevado a cabo en el marco del Plan Piloto de Oralidad, el imputado fue condenado a seis meses de prisión como autor del delito de abuso sexual simple. Como tenía una condena anterior por delitos de dos causas acumuladas, la jueza Mónica Faber unificó ambas penas en el monto de un año de prisión efectiva (se tuvo por cumplida y agotada al momento de desarrollarse el juicio).