En la madrugada del 30 de noviembre de 2024, dos individuos ingresaron a una iglesia evangélica ubicada en el barrio Leopoldo Lugones de la ciudad de Salta.
Habían pasado las 4 de la mañana cuando las cámaras de seguridad del templo captaron a los sujetos forzando las puertas de acceso al salón principal. Una vez en el interior sustrajeron una consola de sonido, un bajo y una guitarra.
El pastor, al tomar conocimiento del robo, revisó las filmaciones y junto a otro miembro de la congregación, lograron identificar a los responsables.
El joven de 20 años, autor material del delito, fue condenado a tres meses de prisión efectiva. La sentencia se dictó en una audiencia flexible y multipropósito a través de un juicio abreviado donde el imputado admitió su participación en el robo simple.
La jueza de Garantías interviniente lo declaró reincidente por primera vez, ya que contaba con antecedentes condenatorios previos por delitos similares. Se ordenó su inmediato traslado a la Unidad Carcelaria N° 1 para el cumplimiento de la pena.
Como parte de la sentencia, se dispuso la separación de causas respecto al otro imputado, debiendo continuar el proceso judicial en su contra.
También se ordenó que el joven condenado sea incorporado a los programas “Puentes” o “Puerta” con el objetivo de que reciba tratamiento de rehabilitación por sus adicciones.