La diputada libertaria ejemplifico el divorcio entre casta política y población. Arribó a parajes miserables en una aeronave que nadie sabe de dónde salió. Referentes indígenas cuestionaron el “paseo” sin beneficio alguno para la castigada población.
La diputada que dice sentir asco por los políticos que “colonizan” puestos en el Estado para acceder a una vida de lujos, arribó en helicóptero a algunos de los parajes más pobres del departamento más pobre de Salta: Rivadavia. “Bajó en Santa Victoria, en Santa María, en Alto la Sierra. Tiene que ir a Morillo, de allí a [Rivadavia] Banda Sur. Imagínate el gasto que hicieron”, declaro Rogelio Segundo, diputado provincial por Rivadavia y referente de la comunidad wichí.
Se trata de localidades y parajes habitadas por familias que se apilan en casuchas de madera para poder dormir bajo techo y en donde casi todos – hombres, mujeres, viejos y niños – sienten que yacen en el fondo de un precipicio a donde rara vez llegan los rayos del sol. “Vino a hacer un paseo”, declaró Segundo, para luego sugerir que el dinero empleado en el combustible de la nave podría haber alimentado a niños “que están con hambre y desnutridos. ¿Cómo no trajo unos bolsoncitos ya que dice que el gobierno provincial no está ayudando?”.
Todos preguntaban también de quién era el helicóptero. Nadie aventuró una respuesta concluyente, aunque sí coincidieron en que no podía ser de la diputada nacional. Era lógico. La libertaria salteña no encaja en el perfil “macrista-libertario” de hombres y mujeres que tras acumular riquezas en el ámbito privado “deciden” llevar su “expertise empresarial” al ámbito público. Orozco siempre vivió del Estado: en el año 2007 accedió a una beca para ingresantes universitarios que la U.N.Sa. otorga a quienes tienen problemas económicos para estudiar; años más tarde fue nuevamente becada por la misma universidad; una vez recibida pasó a formar parte de la planta política de la legislatura salteña; luego concretó su arribo al Concejo Deliberante durante un mandato y medio; y finalmente accedió a una banca en el congreso de la nación.
Como toda política profesional, la diputada gozó durante todos esos años de ingresos mensuales bien impresionantes pero insuficientes para adquirir el helicóptero con el que ayer sobrevoló el departamento en donde – según los distintos censos – las mayorías viven en ranchos y casillas de madera, carecen de sanitarios con descarga de agua, de heladeras, también de computadoras y en donde el 11% de la población mayor de diez años es analfabeta.
Cuarto a Diario
El concejal de Santa Victoria Este, Andrés Echazú, también se sumó al repudio. “Es una falta de respeto. En lugar de venir por las rutas de tierra, viendo las condiciones reales en que vivimos, llega en helicóptero como si esto fuera un paseo. Esto es una burla a nuestra realidad”, sostuvo. La visita de Orozco también estuvo marcada por la controversia debido a la reciente decisión del presidente Milei de vetar la prórroga de la Ley 26.160, que protegía a comunidades originarias de desalojos en conflictos territoriales. Aunque esta medida tiene un fuerte impacto en el sur del país, las tensiones por la propiedad de tierras también persisten en el norte, particularmente en Rivadavia.
Si bien la diputada intentó comprometerse como nexo con los ministerios para atender las demandas de las comunidades, la desconfianza fue evidente. Muchas familias rechazaron su presencia, viendo en ella solo un intento de usar su precariedad como herramienta de campaña.
Oran al momento