La trastienda de la pelea Milei-Villarruel por el caso Kueider. Por Gonzalo Aziz

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    La Vicepresidenta está convencida de que “le hicieron una cama” desde la Casa Rosada. La frase del Presidente que cambió la estrategia parlamentaria. El ida y vuelta en el Gobierno.

    Nunca estuvo más rota la relación entre el presidente Javier Milei y la vicepresidenta Victoria Villarruel. La pelea se intensifica con el correr de las horas después de la polémica sesión en la que el Senado expulsó a Edgardo Kueider, detenido en Paraguay con más de 200 mil dólares sin declarar. Tanto es así que la Vice ya tomó la decisión de no salir a contestar públicamente para evitar una escalada que, según ella cree, puede perjudicar al Gobierno.

    Villarruel está convencida de que “le hicieron una cama” con el viaje de Javier Milei y que el Gobierno busca encubrir sus propios errores culpándola a ella, según pudo saber TN.

    Todo empezó días antes de la sesión, cuando el oficialismo había acordado no expulsar al senador, ya que eso habilitaría el ingreso inmediato de un reemplazante camporista. En cambio, la estrategia giraba en torno a suspender al legislador. Pero algo cambió: el Presidente se despachó en un streaming diciendo que había que expulsarlo y todo empezó a enrarecerse.

    Fuentes cercanas a la vicepresidenta señalan que Villarruel habló varias veces durante la sesión con el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, a quien cuestionan por su rol durante esas conversaciones. En esos intercambios, sostiene, nunca le habrían informado del vuelo presidencial.

    La funcionaria sostiene que nadie del Gobierno le notificó formalmente que el Presidente viajaría el jueves al mediodía a Italia. La comunicación, según sus cercanos, era responsabilidad de la Secretaría General de la Presidencia, encabezada por Karina Milei. Durante la sesión, la Vice habría hablado tres veces por teléfono con Francos, sin que él mencionara el viaje del mandatario.

    Una votación que encendió la mecha

    La votación para expulsar a Kueider ocurrió minutos después de las 16, pero desde el entorno de Villarruel indicaron que el escribano del Gobierno recién llegó al Senado a las 18:40 para que ella firmara el acta de traspaso y asumiera formalmente el reemplazo presidencial. Cercanos a la Vice insisten en que es imposible acusarla de traición bajo esas circunstancias: no sabía del viaje y el traspaso de mando se oficializó tres horas después de la votación.

    Milei desmintió esta versión al decir que “la sesión es inválida” y que “se podría hacer nuevamente”. “El jueves que yo viajé, el propio Manuel Adorni confirmó mi viaje y se replicó en los medios. Villarruel y su secretaria fueron notificadas el martes”, indicó el Presidente en declaraciones a Radio 107.9. Y agregó: “Lo que ocurre en este caso es que si Villarruel preside la sesión del Congreso, está trabajando en el poder Legislativo al mismo tiempo que es Presidenta interina de la Nación. Está ocupando dos cargos y eso violenta la división de poderes”.

    Sin embargo, Adorni confirmó a TN que el Gobierno no pedirá la nulidad de la sesión, ya que es un procedimiento complejo. Si quisieran hacerlo, deberían presentar una demanda en la Justicia en el fuero Contencioso Administrativo y, por el momento, no tienen pensado hacerlo, pese a que el propio Milei afirmó que debería ser declarada nula la sesión.

    Un acuerdo que se desmoronó y un resultado adverso

    El relato también deja ver un quiebre interno: había un acuerdo el martes entre el PRO y La Libertad Avanza para suspender a Kueider y evitar que La Cámpora ganara una banca en el Senado. Sin embargo, todo cambió al día siguiente por la noche durante un evento conocido como “la misa del Gordo Dan”, en la que Milei, según quienes conocen los detalles, comentó livianamente: “Hay que expulsar a Kueider”.

    El jueves, el PRO cambió de postura y apoyó la expulsión, lo que facilitó que el kirchnerismo consiguiera los votos necesarios. Ahora, en el entorno de Villarruel creen que el Gobierno la culpa de traición para tapar su propio error estratégico. “Es cómodo acusarla a ella para que la opinión pública no note que al Gobierno se le escapó la tortuga”, aseguran.

    El trasfondo del conflicto y las consecuencias políticas

    La tensión entre Milei y Villarruel pone en evidencia las fracturas dentro del oficialismo. Desde la oposición, aseguran que el episodio refleja una preocupante improvisación en la toma de decisiones clave.

    Villarruel, por ahora, evita declaraciones públicas, mientras Milei insiste en que fue notificada con 48 horas de antelación sobre su viaje y que su accionar en la sesión violó la división de poderes. Sin embargo, los detalles surgidos en off avivan las sospechas y alimentan una controversia que amenaza con escalar.

    El oficialismo enfrenta un desafío urgente: reconstruir la confianza interna en un clima político cada vez más caldeado. Mientras tanto, el eco de la votación de Kueider sigue resonando como un símbolo de desorden y desencuentro dentro del Gobierno.

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