Una joven que sufrió abusos de su padrastro durante varios años decidió denunciarlo. Lo hizo cuando ya era mayor de edad. Contó que, en el 2000, cuando vivían en barrio Bancario, él les dio su apellido y les dijo que estaba feliz porque a partir de ese momento ella y su hermana le podían decir papá. Manifestó que, al principio, ella le tenía vergüenza porque era una nena muy tímida. Cuando él empezó a tocarla impúdicamente, ella comenzó a tenerle miedo y mucho rechazo.
La víctima relató varios episodios de “manoseos” en su cola, vagina y pechos. Siempre lo hacía cuando estaban solos. Además, la llamaba a su habitación y le ordenaba que se sentara encima de él para friccionarla con su miembro. Dijo que él le hacía estas cosas como si fuera algo natural entre un padre y una hija.
La denunciante expresó que un día escribió en su diario: “Padrastro te odio. Gordo violador”. Su mamá leyó la frase y la llamó para preguntarle si el acusado le había hecho algo, pero ella tuvo mucha pena y no se atrevió a contarle.
Cuando tenía 9 o 10 años la mandaron a comprar y, con ese dinero, ella se tomó un colectivo hasta la casa de su abuela. Para justificarse, les dijo a ella y a su tía que su mamá le había pegado. No era cierto, pero ella buscaba pretextos para no volver a su casa. Incluso, muchas veces, a la salida de la escuela, perdía los abonos para colectivo a propósito, para quedarse ahí en la puerta del establecimiento.
Cuando cumplió los 12 años se mudaron a barrio Grand Bourg. Allí los abusos continuaron como si fuera algo normal. Su padrastro le tocaba sus partes íntimas y siempre pretendía besarla en la boca. Ella sentía repugnancia, pero no se animaba a contarle a nadie lo que estaba padeciendo.
El imputado (54) fue condenado a seis años de prisión efectiva por abuso sexual gravemente ultrajante agravado por el vínculo, la guarda y la convivencia.
La jueza Mónica Faber, vocal de la Sala V del Tribunal de Juicio, ordenó el inmediato traslado del sujeto a la Unidad Carcelaria 1 y su inscripción en el Banco de Datos Genéticos.