Milei utilizará la furia de Cristina con Kicillof para profundizar la polarización con el kirchnerismo. Por Edgardo Alfano

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    Desde hace tiempo, el Presidente decidió que el mejor negocio para los libertarios es el enfrentamiento directo con CFK en cada una de las leyes que su gobierno quiere sacar del Congreso, pero también en la previa a las elecciones legislativas de 2025.

    Detrás de la decisión de Cristina Kirchner de ir por el control total del Partido Justicialista (PJ) hay múltiples causas y no solo la negación de todo político de ver su ocaso en el horizonte.

    Entre ellas podemos encontrar la falta de liderazgos en el peronismo, la necesidad de tener la lapicera para armar las listas para las elecciones legislativas del año próximo, con una fuerte presencia de La Cámpora, y la palabra final a la hora de elegir el candidato presidencial para 2027.

    Pero, sobre todo, la preocupación por el futuro judicial de la exmandataria frente a la posibilidad concreta que la Cámara de Casación le confirme la pena a seis años de prisión en la cauda Vialidad.

    Con ese panorama, Cristina necesita tener al peronismo a sus pies y no admite focos de rebeldía y menos que se presente una lista que le dispute el poder, aunque con chances limitadas, en la conducción del PJ.

    La provincia de Buenos Aires es de vital importancia para sus planes y por eso no soporta, bajo ningún punto de vista, que Axel Kicillof se mantenga distante y no sea un fiel fogonero de sus planes.

    La furia que mostró esta semana Cristina con su ex protegido muy pocas veces se vio. Lo acusó de traidor y recurrió a los evangelios para compararlo con Poncio Pilatos o Judas.

    Cristina quiere que Kicillof se olvide, de un día para el otro, del enfrentamiento que mantiene con su hijo Máximo y con importantes referentes de La Cámpora, que intentaron por todos los medios colonizar y limitar su gobierno provincial.

    No son pocos los intendentes y gobernadores que están dispuestos a jugar con Kicillof, siempre y cuando el gobernador se anime a enfrentar con todas sus fuerzas a Cristina, algo que, por ahora, no parece que fuera a ocurrir. Ya se lo hicieron ver una y otra vez.

    La candidatura al PJ del gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, puede ser tomada como un gesto de aquellos que nada quieren saber con Cristina. La consideran una página a la que hay que dar vuelta definitivamente, pero necesitan a Kicillof.

    Está la mayoría de los dirigentes de la CGT, intendentes del conurbano y algunos gobernadores. Pero es insuficiente. Cristina sigue acumulando un poder muy importante.

    Todo esto lo quiere aprovechar el presidente Javier Milei. Desde hace tiempo decidió que el mejor negocio para los libertarios es polarizar con Cristina en las próximas elecciones y en cada una de las leyes que su gobierno quiere sacar del Congreso.

    Le dio resultado con las jubilaciones y el financiamiento universitario y ahora va por el Presupuesto 2025.

    Milei se quiere apoyar en el nuevo acercamiento que tiene con Mauricio Macri. Sin la ayuda de los legisladores del PRO, nada hubiese sido posible. Pero la desconfianza está a la orden del día.

    Sobre todo, por las ambiciones que tiene Milei para los próximos años, especialmente en la Ciudad de Buenos Aires. Sueña con poner un libertario como jefe de gobierno y eso desvela al macrismo.

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