Una suboficial denunció que el 17 de septiembre de 2023 un oficial ingresó al cuarto en el que estaba durmiendo, se sacó su camisa de combate y se le arrojó encima. Previamente había acudido al área de Género de la fuerza armada, pero no tuvo respuesta.
El juez federal de Garantías N°1 de Salta, Julio Bavio, dio por formalizada ayer la investigación penal requerida contra el teniente de la Compañía de Comunicaciones de Montaña 5 del Ejército Argentino, Guillermo Díaz, por el delito de abuso sexual simple, en grado de tentativa. También impuso al oficial la obligación de no entorpecer el proceso penal y la prohibición de acercamiento, ya sea directo o indirecto, con la víctima.
El caso se inició el 14 de febrero pasado a partir de una audiencia de excepciones, en la que se analizó la declaración de incompetencia del fuero provincial, donde se habían iniciado diligencias a raíz de la denuncia radicada por la víctima. Tras evaluar el caso, el Área de Atención Inicial de la Unidad Fiscal Salta, representada por la fiscal subrogante Paula Gallo, aceptó la jurisdicción y la investigación quedó bajo la órbita del fiscal general Eduardo Villalba.
En su representación de ayer ante el juez Bavio, la auxiliar fiscal Florencia Altamirano hizo un detallado relato del hecho. Sostuvo que el abuso, que tuvo como víctima a una joven suboficial, se concretó el 17 de septiembre de 2023 en las instalaciones de la Compañía de Comunicaciones de Montaña 5 “Teniente Coronel Gerónimo de Helguera”, con asiento en el predio del Comando de la V Brigada de Montaña “General Manuel Belgrano”, ubicado en la capital provincial.
Indicó que la víctima realizaba tareas como “suboficial de semana” en la cuadra de soldados voluntarios masculinos, mientras que Díaz lo hacía como oficial de servicio. Explicó que, durante la noche de la jornada anterior, la relación laboral entre ambos había sido normal, pero que a medida que pasaron las horas el acusado comenzó a tener una conducta fuera de lugar.
La auxiliar fiscal precisó que, alrededor de las 21.00 del 16 de septiembre, el oficial insistió en que ambos se encuentren a tomar mate en la Aula de Adiestramiento Táctico Digital (ADITAC), a lo cual la joven se negó. En respuesta, completó, el imputado le anticipó a la víctima que entonces se haría presente en el lugar donde ella estuviera.
La funcionaria del MPF añadió que, en la madrugada del día siguiente, alrededor de las 2.30, efectivamente el teniente Díaz ingresó sin permiso a la habitación de la joven. Explicó que el acusado la llamó varias veces por su nombre, y que ella se mostró extrañada de que el sujeto hubiera ingresado a su lugar de descanso.
Sin embargo, en base al relato de la denunciante, la auxiliar fiscal sostuvo que la joven estaba “dormida” y que por esa razón no cayó rápidamente en cuenta de lo que estaba sucediendo, hasta que el oficial se sacó el correaje en el que llevaba las municiones y el armamento, y luego se quitó la camisa de combate. “Esto muere aquí”, le había dicho el oficial, quien terminó tirándose encima de la suboficial.
Altamirano indicó que, ante ello, la joven reaccionó, empujó al oficial y le reclamó por su accionar: “¡Qué hace, váyase ya de aquí o doy la novedad!”, replicó la suboficial, momento en que el acusado “rezongó”, se vistió y al retirarse previno a su víctima: “Cualquier cosa, vine a dejar las llaves del ADITAC”.
La representante del MPF indicó además que la suboficial, en su primera reacción, se sintió devastada, sin saber qué hacer, aunque luego, a los dos días, por el estado de angustia en el que se hallaba inmersa, dio la novedad de lo sucedido a los responsables del área de Género del Ejército.
Altamirano agregó que, posteriormente, y lejos de la asistencia correspondiente a una víctima, la joven comenzó a ser blanco de persecución dentro de la unidad militar, en particular por los camaradas del oficial. Sobre este punto, la auxiliar fiscal detalló el pesar que la suboficial tuvo que soportar, del cual destacó el haberle cuestionado y luego negado la entrega de una distinción que ya le había sido anunciada.
Sostuvo que, dado que desde la fuerza no se avanzó con su denuncia, la suboficial presentó el caso en el fuero provincial, donde se iniciaron las actuaciones correspondientes que, por razones de competencia, arribaron al fuero federal.
Por otra parte, Altamirano explicó que el clima hostil hacia la denunciante recién se disipó cuando fue trasladada. No obstante, informó que la joven continúa bajo tratamiento psicológico a raíz del abuso sexual del que fue víctima.
Carga probatoria
Al avanzar con la formalización del caso, Altamirano resaltó, entre otras pruebas, imágenes tomadas por una cámara de video interna, en la que se aprecia al oficial cuando se dirige al cuarto de la suboficial y, a los diez minutos, regresa acomodándose su uniforme.
Esta prueba -dijo la fiscal- se ve robustecida con la declaración de un testigo, también integrante de la fuerza, quien identificó al oficial en el video e incluso remarcó que se trataba de Díaz, pues su forma de caminar coincidía.