El 11 de junio de 2020, un grupo de empleados de la Municipalidad de Iruya se encontraban realizando tareas en un camino precario que une esa localidad con el paraje Las Higueras. Alrededor de las 15, al culminar sus labores, se prepararon para regresar al pueblo. Como tenían que cruzar el río, para no mojarse, cinco de los obreros decidieron subirse a la pala de una máquina vial. Uno de ellos se ubicó en la esquina izquierda.
Para cruzar el río, el conductor levantó un poco la pala, y luego de atravesar el curso de agua, para esquivar un camión que estaba estacionado al frente, hizo una maniobra que provocó que la pala se balanceara. A raíz de esto, el trabajador que había quedado en la orilla izquierda cayó y fue arrollado por la máquina. Falleció por paro cardiorrespiratorio traumático a causa de traumatismo de tórax grave.
La jueza Mónica Mukdsi, vocal de la Sala VI del Tribunal de Juicio, condenó al conductor de la máquina a dos años de prisión en suspenso e inhabilitación para conducir vehículos automotores por cinco años. Lo consideró autor del delito de homicidio culposo agravado por la conducción imprudente y antirreglamentaria.
