La Justicia procesó al líder del Polo Obrero por un millonario fraude con los planes sociales

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Eduardo Belliboni, más complicado: irá a juicio por defraudación al Estado.

El juez federal Sebastián Casanello considera que hay pruebas suficientes para probar que Eduardo Belliboni desvió millones de pesos del Potenciar Trabajo a empresas fantasmas a través de facturas truchas.

La Justicia procesó este lunes al líder del Polo Obrero Eduardo Belliboni por el delito de adminsitración fraudulenta en perjuicio del Estado Nacional al haber recabo prueba suficientes para demostrar que el líder piquetero desvió parte de los 360 millones de pesos que recibieron la asociación civil Polo Obrero y la cooperativa El Resplandor Limitado hacia una red de empresas que se habrían usado para justificar gastos inexistentes con facturas truchas y ocultar así el destino final del dinero. Además el juez federal Sebastián Casanello le trabó un embargo de $390 millones.

El magistrado, junto con el fiscal Gerardo Pollicita, reunió varias pruebas que demostrarían que Belliboni y otros dirigentes del Polo Obrero utilizaron parte de los fondos que recibieron como unidad de gestión del Potenciar Trabajo para financiar al Partido Obrero, que compite en las elecciones dentro del Frente de Izquierda. El procesamiento también alcanza a otros 16 integrantes del Polo Obrero, acusados de extorsionar a beneficiarios de planes sociales.

El Juez sostiene que para lograr este objetivo, el Polo Obrero utilizó una serie de empresas “truchas” para justificar la utilización de la plata que le deba Desarrollo Social en el marco del programa Potenciar Trabajo. Estas firmas son la imprenta Rumbos, Coxtex, Ricoprint y Carlos Osvaldo Monfrini, proveedor de handies.

“Se asentó falsamente la compra de productos para justificar los desembolsos realizados, sino también los cheques que fueron posteriormente entregados a empresas distintas de las formalmente consignadas en las rendiciones de gastos, para concretar el desvío postulado”, afirmó el magistrado. La Justicia probó que alrededor de $40 millones fueron a este grupo de firmas.

En algunos casos estas compañías hacían facturas truchas para que el PO luego las presente ante el exministerio de Desarrollo Social para justificar la plata del Potenciar Trabajo y en otros, las empresas después de cobrar el dinero que les enviaba la organización de Belliboni le endosaban cheques a la imprenta Rumbos, que tiene domicilio fiscal en la sede del Partido Obrero. La Justicia ya probó que esta firma hizo aportes electores al Partido Obrero por $18 millones y hasta contrató a una empresa de publicidad para que trabaje en la campaña del espacio.

Por las facturas truchas, además, de Belliboni, fueron procesados Mariano Alejandro Centanni (tesorero del Polo Obrero) y Elizabeth del Carmen Palma, que si bien no participó de la firma de los convenios, suscribió las facturas y los recibos vinculados a las firmas Rumbos y Miniso Trade.

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