
María Laura Gomar observó en las redes sociales la oferta del animal en un campo de la periferia de Mar del Plata para Navidad y Año Nuevo. Rápidamente lo compró y lo bautizó Mitch. Ahora aguarda su traslado a un santuario de Córdoba
María Laura Gomar, nacida en Buenos Aires y criada en Mar del Plata, ama a los animales desde que tiene uso de razón. Empleada administrativa en una empresa privada y estudiante en la Universidad Nacional de Mar del Plata, vive con su novio en pleno centro de la ciudad y gran parte de su tiempo, esfuerzo y dinero los vuelca a la protección y refugio de animales.

Días atrás, en una publicación de Facebook, leyó una información que la estremeció: vendían un ternero de alrededor de 90 kilos de peso para quien deseara consumirlo en la cena de Nochebuena o Año Nuevo. El animal, de unos dos meses de vida, se encontraba, según la imagen que le proporcionaba el Facebook, en condiciones de bastante deterioro, en un campo de la periferia marplatense. Y hacia allí fue, sin dudar, María Laura.
Operativo salvataje
A ella no le sobra nada; de hecho, siempre está, según dice, ajustada económicamente porque, a falta de hijos, invierte en los más de 60 animales que tiene a cargo en guarderías o en hogares de tránsito de una importante red que consiguió a través de los años. Además de los propios, claro.

Fue así que no demoró un solo segundo en hacer la gestión correspondiente, siempre a través de esa red social y, una vez que tuvo la ubicación, acudió al lugar donde se encontraba el ternero, al que bautizó Mitch.
El animal, de unos dos meses de vida, se encontraba, según la imagen que le proporcionaba el Facebook, en condiciones de bastante deterioro, en un campo de la periferia marplatense
El animal, de unos dos meses de vida, se encontraba, según la imagen que le proporcionaba el Facebook, en condiciones de bastante deterioro, en un campo de la periferia marplatense
Lo primero que hizo cuando subió al vehículo con el ternero recién adquirido y al que salvó de ser carneado para las fiestas fue abrazarlo y llenarlo de mimos como si fuera un animal doméstico. Ella misma lo muestra, risueña, en una imagen donde parece que ambos se conocen de toda la vida. Los dos con los ojos cerrados, abrazados.
Lo cierto es que Mitch se encuentra hoy en una vivienda particular, la de una amiga, en el barrio San José, a la espera de ser trasladado al santuario Sierra del Cielo, en Córdoba, donde viven 250 animales y cuya madrina es la modelo Liz Solari.