La vicepresidenta quedó marginada por el mileísmo de los principales nombramientos del gabinete.
Se reúne con su equipo para la Cámara alta y casi no interactúa con la mesa chica que rodea al Presidente.
Cuentan fuentes allegadas a Javier Milei y Victoria Villarruel que la relación entre el presidente y la vicepresidenta electa no cambió desde la confirmación del triunfo en el balotaje del 19 de noviembre. El afecto es mutuo luego de dos años de campaña, sendas elecciones y bancas pegadas en la Cámara de Diputados.
Esa afinidad no implica que la mesa chica de Milei sienta lo mismo hacia Villarruel, cada vez más marginada de la toma de decisiones en el naciente gobierno de La Libertad Avanza, que va adquiriendo un matiz peronista, con integrantes del PRO en lugares específicos y algunas vacantes por cubrir.
Clave en la campaña, y de muy buena participación en ambos debates realizados a candidatos a vicepresidentes en TN, Villarruel fue resignando terreno en el último mes. Se esperaba que de su dedo bajaran nombramientos en ministerios clave como Defensa, Justicia y Seguridad.
Las tres carteras ya fueron definidas y quedarán a cargo de tres externos: una suerte de outsider como Mariano Cúneo Libarona, una referente del PRO como Patricia Bullrich y un radical converso como el mendocino Luis Petri.
Quedaba abierta esa posibilidad para que Villarruel ubique a alguien propio en Defensa, pero temprano este martes fue desactivada, con la llegada de Petri. Así, Bullrich sumó otro aliado para un cargo estratégico como Defensa.
El miércoles de la semana pasada, Milei y Villarruel coincidieron en el Congreso, donde Cristina Fernández de Kirchner, a cargo del Senado, los promulgó oficialmente como presidente y vicepresidenta de la Nación. Se los notó contentos y cómplices, en línea con su relación desde 2021.
Sin embargo, no hubo un solo día en estas dos semanas desde que ganó Milei en el que Villarruel pasó por el Hotel Libertador. Sus reuniones las tiene en una oficina privada, donde reúne a su gente de mayor confianza e imagina cómo será su actividad en el Senado. Hubo un encuentro, además, con Guillermo Francos, ministro del Interior, en el que aglutinaron legisladores libertarios.
El corrimiento de Villarruel del centro de la escena tuvo que ver con el ascenso, en simultáneo, de los dos hombres de mayor confianza hoy para Javier Milei: Santiago Caputo y Nicolás Posse. El primero, definido como el “arquitecto” de la campaña presidencial; el segundo, ex compañero de Milei en AA2000, cantadísimo jefe de Gabinete. Ambos lo acompañaron a la gira en Miami.