Un cliente en estado de ebriedad entro a un local de comidas en el Paseo Güemes y como no lo quisieron atender, golpeó a unos mozos, salió, fue hasta su auto, busco una pistola, regreso al local y empezó a los disparos.
Luego salió huyendo, subió a su automóvil y en su escape no podía avanzar en principio debido a que no sincronizaba el acelerador con el embrague y el automóvil estaba a los cabezazos como se dice comúnmente.
La gente que se encontraba en el lugar al oír los disparos salió escapando hacia la calle mientras que una mujer que se encontraba cenando en el primer piso de un local ubicado al frente grababa toda la escena con su teléfono.
Por suerte nadie resulto herido ya que los disparos impactaron en las paredes del local comercial.