Procesan a gendarmes por robar unos 16 kilos de cocaína secuestrados en un camión que salió de Orán

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En la caja debía haber 25 panes de cocaína, pero solo encontraron 10

La cocaína que desapareció había sido secuestrada en el marco de la causa que se inició el 23 de junio pasado, a partir de una comunicación efectuada por personal de la Sección Seguridad Vial Lima de Gendarmería. Los efectivos indicaron que en un operativo de rutina en la Ruta Nacional 9 se había procedido al control de un camión de transporte de cargas generales y que el can adiestrado había reaccionado en forma positiva para cinco encomiendas que provenían de la ciudad de San Ramón de la Nueva Orán, en Salta.

Dos de ellos sufrieron, además, la prisión preventiva por “peculado, tráfico de estupefacientes y tenencia con fines de comercialización, agravado por ser cometido por un funcionario público”.

El juez federal de Zárate – Campana Adrián González Charvay procesó a cinco gendarmes (dos de ellos con prisión preventiva) por la desaparición de unos 16 kilos de cocaína de alta pureza almacenados en un depósito de la fuerza que habían sido secuestrados en un operativo antidrogas.

Los principales acusados fueron procesados por “sustracción de efectos secuestrados -peculado-, tráfico ilícito de sustancias estupefacientes en las modalidades de transporte y de tenencia con fines de comercialización, agravado por ser cometido por un funcionario público encargado de la prevención o persecución de esta clase de delitos, falsedad ideológica agravada e incumplimiento de los deberes de funcionario público”.

El secuestro original ocurrió el 23 de junio pasado en un control vehicular

El faltante fue detectado durante un allanamiento a la sede del Escuadrón 63 Zárate – Brazo Largo de la Gendarmería Nacional, con intervención de la Superintendencia de Drogas Peligrosas de la Policía Federal Argentina.

“La evidencia incorporada a lo largo de la investigación permite tener por acreditado, con el grado de provisionalidad requerido en este estadio, que en el caso ha mediado actividad para trasladar el material estupefaciente sustraído hasta un destino a la fecha incierto, con miras a su posterior comercialización”, sostiene el fallo, de casi un centenar de páginas.

Las principales acusaciones recayeron sobre Nicolás “Negro” Rolleri, Segundo Comandante asignado al Grupo Criminalística y Estudios Forenses del Escuadrón 63, y Andrés Dávalos, Alférez asignado al mismo grupo.

“Cobra especial relevancia el cargo que ocupaban los nombrados en el Grupo de Criminalística y Estudios Forenses, y la circunstancia de que fueron ellos quienes propusieron e indicaron al resto de sus consortes de causa que el faltante del material estupefaciente iba a ser ‘solucionado’ con la incineración final y que con eso ‘no iba a pasar nada’”, subrayó el juez González Charvay.

La resolución reprocha “el actuar temerario frente al accionar de la justicia”.

Alertado por una denuncia, el juez dispuso la inspección del depósito judicial y en una caja que debía contener el total del material estupefaciente secuestrado (25 paquetes tipo ladrillos que contenían 26,730 kilogramos de cocaína de alto grado de pureza), había solamente diez que arrojaron un peso total de 10,640 kilogramos”.

La droga había sido secuestrada el 23 de junio pasado durante un procedimiento efectuado por personal de la Sección Seguridad Vial Lima de la Gendarmería Nacional, “en un operativo de rutina en la Ruta Nacional 9 en un camión de transporte de cargas generales”.

El juez dispuso la prisión preventiva para Dávalos y Rolleri por entender que “en caso de recuperar sus libertades podrían profugarse o bien comprometer, viciar o de algún modo, contaminar elementos de prueba a recabar; más aun ponderando que a la fecha no se ha podido dar con los 16,090 kilogramos de material estupefaciente sustraído”.

El magistrado también dictó el procesamiento del sargento primero Ariel Cruz y de los cabos primeros César Rengifo y Silvia Clapier, aunque en esos tres casos les concedió la excarcelación.

Hasta el momento, los investigadores desconocen el destino que tuvieron los panes o quién o quiénes los sustrajeron. Los agentes imputados tenían a cargo la custodia del cargamento de cocaína que lleva como sello un delfín, una de las marcas más utilizadas y que garantiza calidad de origen. El dibujo del animal sobre los panes es también adjudicado a los envíos de Reinaldo Delfín Castedo, uno de los capos narcos que, desde prisión, sigue al frente del negocio criminal.

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