Esteban Rojas Almada (45) es el único sospechoso del crimen de su novia. Fue detenido por Interpol en Paraguay luego de pasar cinco meses prófugo. “Siempre supimos dónde se escondía, pero la Justicia nunca nos hizo caso”, dijo la hermana de la víctima a TN.
“Tarde o temprano va a caer”, confiaba Clara, la hermana de Ferni Ayala, en una nota con TN a fines de marzo. La referencia era hacia Esteban Rojas Almada (45), el único sospechoso de haber asesinado a balazos a la joven de 28 años en el barrio Zavaleta, en Barracas, a fines de febrero.
El momento de la detención. Rojas Almada junto a la mujer señalada como su amante
Y el acusado, finalmente, cayó. Interpol lo detuvo este martes en una casona de la ciudad de Mariano Roque Alonso -unos 14 kilómetros al norte de Asunción, Paraguay-, donde llevaba casi cinco meses escondido.
“No podemos decir que en la familia estamos contentos, pero sí sentimos alivio. Siempre supimos dónde estaba él”, menciona Clara sobre quien hasta hace algunas horas era uno de los fugitivos más buscados de la Argentina.
Esteban Rojas Almada permanece detenido en una dependencia policial de la capital paraguaya hasta que se ordene su extradición. Será juzgado por “homicidio agravado por el vínculo, por su comisión por parte de un hombre contra una mujer, mediando violencia de género y mediante el empleo de un arma de fuego”. Uno de los pedidos de la familia de la víctima es que la carátula cambie a femicidio.
“Él mató a mi hermana y se fugó con su amante y su cuñada”, asegura Clara, y menciona que durante estos meses las mujeres viajaron a la Argentina en algunas oportunidades y que “se paseaban por Zavaleta como si nada hubiese pasado”.
Una foto junto al sospechoso y la leyenda “amorcito”, el último posteo de la víctima en sus redes sociales
“Como Esteban es el prestamista del barrio, y acá todos saben que se dedica también al narcotráfico, ellas venían a buscar la plata”, apunta la hermana de la víctima.
La impactante detención del sospechoso
El arresto de Rojas Almada fue de película, según cuenta Clara: “Una de las chicas salió a comprar pan y le sorprendió ver un auto que no le resultaba familiar. Volvió y se lo contó a Esteban. Él salió un segundo a ver qué pasaba y ahí lo agarraron. Estaba armado, pero lo redujeron enseguida”. El vehículo aludido pertenecía a Interpol, que ya tenía cercado al sospechoso.
“Al no tener respuestas de parte de la Justicia argentina, yo me mantuve siempre en contacto con Interpol y fui aportando datos. Incluso, les pasé el video del lugar donde estaba Esteban”, revela la mujer.