El turismo de lujo regado con vino seduce a los brasileños más ricos

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Los lugares más elegidos son Buenos Aires y Mendoza, que creció como destino en los últimos años.

Uno de los paseos preferidos de los brasileños de alto poder adquisitivo que visitan la provincia de Mendoza, Argentina, es la bodega Catena Zapata. Allí, muchos pagan actualmente 885.000 pesos por persona (alrededor de R$ 9500, cambiando en el mercado paralelo) para deleitarse con la llamada “Escalera al Cielo”, un almuerzo de lujo con degustación de vinos exclusivos de Estiba Reservada, que no se consiguen en el mercado.

Según Marsus Marcelo Navarro, director de la agencia de viajes de lujo Hon Travel, todos los fines de semana llegan a Mendoza aviones privados procedentes de ciudades como San Pablo, Belo Horizonte y Curitiba para pasar unos días, celebrar un cumpleaños o simplemente divertirse con amigos en torno a una mesa privilegiada.

Los atractivos precios aumentan el interés, incluso para los brasileños que no necesitan ahorrar para llegar a fin de mes y pueden permitirse volar al país vecino.

Hoy en día, los principales destinos de los brasileños en Argentina son Buenos Aires y Mendoza, según las agencias de turismo del país. La ciudad de Bariloche, antaño favorita de los brasileños adinerados -antes se llamaba Brasiloche-, ha perdido relevancia, en gran parte debido a la creciente pasión por el vino argentino.

“Alrededor del 90% de nuestros clientes se alojan en hoteles de cinco estrellas y contratan excursiones privadas para visitar las bodegas”, afirma Navarro, entusiasmado con la importante presencia de brasileños en su país.

“Mendoza ha crecido en importancia para el turismo brasileño debido al aumento de vuelos directos que conectan la provincia con Brasil, de las compañías Aerolíneas Argentinas, Latam y Gol, y a la explosión del enoturismo”, dice. “Tenemos productos de lujo, como “Escalera al cielo”, de Catena, pero también otras opciones más económicas, en bodegas como El Enemigo, Salentein y Piedra Infinito”.

En los viñedos de El Enemigo, un sello que ha ganado una legión de fans en los últimos tiempos, un almuerzo o cena con 14 escalones ronda los 55.000 pesos por persona, con vino incluido. La propuesta más cara de la bodega, que incluye una colección especial de vinos El Enemigo, sale por 71.000 pesos. Incluso con la hiperinflación en Argentina (que ya ha superado el 100% anual), la devaluación del peso lo mantiene atractivo para los brasileños.

“Los precios aumentan una media del 10% cada mes, pero aun así siguen siendo atractivos para los brasileños, sobre todo para las clases alta y media-alta. Tenemos grupos todos los fines de semana”, afirma Navarro.

Según datos del Ministerio de Turismo de Argentina, en los cinco primeros meses de este año, 772.000 turistas brasileños pasaron por el país y dejaron nada menos que el equivalente a 360 millones de dólares. En promedio, cada turista brasileño gasta US$750 en el país, pero esta cifra está inflada por los que gastan mucho más.

El empresario Geninho Thomé, presidente y fundador de las empresas odontológicas Neodent y Neoortho, que en 2014 debutó en el ranking de multimillonarios brasileños de la revista Forbes, contó a O Globo que visita con frecuencia Argentina, donde le gusta salir a comer, beber buenos vinos y jugar al golf.

“Amo Argentina, tengo el mayor cariño por el país. Fue en Argentina donde hice mi primer curso sobre implantes dentales en los años noventa. Todo para mí empezó en el país, una Argentina muy diferente de la que vemos hoy”, asegura Thomé, que visitó Buenos Aires por última vez en mayo.

El empresario, que vive en Curitiba, dice que hace muchos viajes cortos a Argentina en su avión privado.

“El vuelo a Buenos Aires dura lo mismo que a Río, unas dos horas. A mi familia y a mí nos encanta ir. Comemos muy bien y me gustan mucho los vinos”, dice Thomé, que tiene una bodega llena de vinos argentinos en su casa.

Sus marcas favoritas, dice, son Villa Cobos, Luigi Bosca y Catena, entre otras. El empresario también destaca la “riquísima vida cultural de Argentina, y alternativas de ocio muy interesantes, como una enorme cantidad de campos de golf en la región de Buenos Aires y Gran Buenos Aires”.

“En Curitiba despachan vino argentino a domicilio, pero siempre es más agradable comprar en Buenos Aires, y también más barato”, señala Thomé.

Explosión de ventas

Los brasileños que visitan Argentina pueden llevarse hasta 12 botellas de vino en la maleta facturada y seis en el equipaje de mano, que va en la cabina del avión. Los agentes turísticos de Buenos Aires comentan que muchos veraneantes compran las 18 botellas permitidas, llevando esencialmente vino en el equipaje. Se llevan poca ropa para pasar sólo unos días en el país.

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