Víctor Farfán, un plomero de 50 años, formará parte del próximo Concejo Deliberante de Campo Santo, al haber logrado el mayor porcentaje de votos con respecto al resto de los candidatos que participaron de las últimas elecciones.
La campaña la hizo montado en su moto, tirando un carrito donde transportaba una foto suya y parlantes para que se escuchara su jingle. Estos resultados están relacionados con el trabajo solidario que el candidato junto a su esposa Daniela llevan adelante desde hace varios años. Víctor y Daniela son padres de cuatro hijos, dos de ellos con discapacidad. El interés por ver el progreso en el bienestar de sus hijos los terminó involucrando a tiempo completo en la búsqueda de soluciones para otras familias con necesidades similares.
En la búsqueda crearon una asociación que actualmente cuenta con 60 niños anotados. “Comencé trabajando por mis hijos, luego sentí la necesidad de trabajar también por otras familias, aquellas que se encuentran en una situación similar a la mía, porque creo que desde el sector político se hizo muy poco hasta ahora por estos niños. Eso me llevó a tomar la decisión de intentar ingresar al Concejo Deliberante. Creo que desde allí podré hacer mucho más por ellos”, manifestó el electo concejal.
Farfán no contó con recursos para promocionar su candidatura. Se lo podía ver durante la tarde, cuando salía de su trabajo en la Municipalidad, recorrer las calles montado en su moto, tirando un carrito, acompañado por uno de sus hijos, sosteniendo una pancarta con su foto. “Tuve que improvisar porque no contaba con dinero para una campaña, pero por suerte la gente ya me conoce y me apoyó con su voto. No voy por un sueldo a pesar que soy una persona económicamente humilde. Quiero hacer cosas por los niños más desprotegidos” explicó el electo concejal.
Sergio Tapia