La información ya fue confirmada por la Policía local.
En medio del horror que se vive en el Barrio Autódromo, en la provincia de Córdoba, este martes el personal de la Policía junto a los especialistas del grupo de bomberos del Departamento Unidades de Alto Riesgo (Duar), lograron encontrar los dos cuerpos de las hermanas desaparecidas en el profundo pozo que excavaron en la denominada “Casa del Horror”.
Según confirmó NA en base a lo informado por la policía local, se trata de Esther Castro y Sara Castro, quienes se cree que fueron brutalmente atacadas por sus respectivos hijos, actualmente presos.
Ismael Castro, de 20 años, y de Esteban Castro, de 24 años, ya fueron acusados del doble crimen, después de haber confesado que mataron a las mujeres, que luego desmembraron sus cuerpos y que finalmente los lanzaron al pozo ubicado en el fondo del terreno de la vivienda. También está apresada una joven menor de edad.
La investigación comenzó el pasado sábado por la tarde, cuando los dos acusados fueron interceptados por la patrulla policial mientras caminaban por la ruta de la Altas Cumbres acompañados de cuatro menores de edad. Al ser entrevistados por los oficiales, el menor de los Castro confesó que junto a su hermano habían asesinado a su mamá y a su tía, a quienes descuartizaron y enterraron en la casa.
Ante esta situación, la fiscal Martín dispuso la detención de ambos y la realización de las excavaciones en la zona, que aun continúan. Si bien hasta ahora los investigadores encontraron un cuerpo, hasta el momento no se confirmó la identidad de la víctima. De todos modos, por la declaración de los acusados, es probable que se trate de una de las hermanas.
Por lo que se pudo reconstruir hasta el momento, se cree que la familia hacía ritos satánicos en la vivienda, y que las hermanas eran sometidas a abusos desde hace años.
De hecho, uno de los vecinos del barrio manifestó a la prensa local que en el domicilio convivían “varias personas de una misma familia”, a quienes describió como “muy raras”, ya que “no mantenían contacto social, vivían encerrados y aparentemente practicaban algún rito religioso extraño”.
En el lugar se encontraron elementos que fueron secuestrados, al mismo tiempo que se inició con la excavación en el pozo que tiene, al menos, 50 metros de profundidad.