Idas y vueltas: el Presidente había cancelado un acto para ese día, pero tras la presión de La Cámpora llamó a movilizarse a “todas las plazas del país”. No habría ceremonia oficial.
Alberto Fernández se vio obligado a anticiparse a daños inevitables: luego de haber dado marcha atrás, al suspender el acto oficial que el Gobierno preparaba para el domingo 17 de octubre, este jueves volvió sobre sus pasos, esta vez al convocar a una masiva movilización a las plazas del país para conmemorar el Día de la Lealtad peronista.
El Presidente había intentado evitar dar una imagen de fractura y respaldó la marcha del lunes 18 de octubre organizada por la CGT y movimientos sociales. Pero ante la certeza de que el domingo el cristinismo se movilizaría de cualquier forma, Alberto Fernández debió convocar él mismo a la movilización del 17 de octubre.
“Si no lo hacía él, la marcha del domingo se convertía en un desafío. No quiere decir que lo sea, pero la lectura inevitablemente iba a ser esa”, dijeron a TN fuentes de la Casa Rosada.
“La movilización del 17 nunca había sido prohibida ni cancelada, eso es un disparate. Lo que se levantó fue el acto con el Presidente, que iba a estar con candidatos y dirigentes, nada más”, señaló a este medio uno de los organizadores de la marcha del 18 de octubre, de fluido contacto con el mandatario nacional.
Esta misma semana, el martes, el jefe de Gabinete, Juan Manzur, informó que no habría movilización este 17 de octubre, y confirmó oficialmente que el Ejecutivo finalmente se sumaría a la manifestación que la CGT y los movimientos sociales organizaron para el día siguiente con motivo del Día de la Lealtad Peronista.
El argumento “oficial” fue que el 17 coincide con el Día de la Madre, el argumento “extraoficial” fue que, luego de la crisis interna que sacudió al Ejecutivo nacional luego de la derrota de las PASO, cuando son cada vez más necesarias señales de unidad en la coalición, dos actos separados darían una imagen de fractura.
