Se negó a declarar el cura abusador Rosa Torino

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Con la declaración de uno de los denunciantes se desarrolló hoy la primera jornada del juicio seguido contra el exsacerdote Rubén Agustín Rosa Torino, imputado por los delitos de abuso sexual gravemente ultrajante por la duración y por ser ministro de culto reconocido, en perjuicio de tres víctimas.

La audiencia comenzó con la lectura de la requisitoria fiscal de elevación a juicio y, luego, se le consultó al imputado acerca de su voluntad de declarar, posibilidad que declinó por el momento.

A continuación, el tribunal resolvió acerca de dos planteos preliminares presentados por la defensa técnica del imputado y, una tercera cuestión expuesta por la fiscalía.

Los jueces hicieron lugar a la objeción de los representantes técnicos de Rosa Torino en lo referido a la incompetencia territorial para juzgar un hecho denunciado por una de las víctimas (exmonja), que habría tenido lugar en la ciudad de Toluca, México. Señalaron que se girarían las actuaciones al tribunal de ese estado mexicano, vía Cancillería.

Por otro lado, los jueces resolvieron rechazar la citación de un nuevo testigo propuesto por la defensa de Rosa Torino, por haberse extinguido la oportunidad procesal para su presentación.

También rechazaron la incorporación de las copias de denuncias canónicas contra el excura, enviadas recientemente por el Arzobispado de Salta al Ministerio Público. Los jueces entendieron que se trata de una nueva prueba por lo que no se hizo lugar a su incorporación.

Resueltos los planteos, se inició la recepción de declaraciones testimoniales. Para hoy estaba previsto escuchar a los tres denunciantes en la causa (dos exnovicios y una exmonja de la congregación Hermanos Discípulos de Jesús San Juan Bautista, fundada por Agustín Rosa Torino). No obstante, solo compareció de manera presencial uno de ellos. Los otros dos lo harán de manera virtual, en fecha a confirmar.

Se informó al respecto que una de las víctimas reside en la localidad de Pergamino, Buenos Aires, y la otra se encuentra aislada en el marco de la pandemia por Covid 19, por ser persona de riesgo.

El denunciante Y. G. repasó ante el tribunal su vida como miembro de la comunidad religiosa fundada por Rosa Torino, a la cual ingresó en 2010, cuando tenía 14 años de edad. Contó que en 2012 lo trasladaron a una casa que tenía la congregación en el sur, en Puerto Santa Cruz. Allí sufrió abusos sexuales por parte de otro sacerdote de la orden.

En 2014 regresó a Salta decidido a abandonar la vida religiosa y habló con Rosa Torino al respecto. En esa oportunidad le contó al cura fundador acerca de los abusos sufridos en el sur, por otro miembro de la orden, pero él le dijo que tenía que perdonar al agresor porque esos actos eran una debilidad y le pidió que no lo exponga, que se quede en la comunidad.

Y. G. señaló que, desde ese momento, Rosa Torino se posicionó como su guía espiritual, encargado de hacerle el seguimiento vocacional. A partir de allí se sucedieron los abusos en manos del imputado. El joven relató que el primero de ellos ocurrió en la casa de retiros espirituales de Palermo Oeste (Cachi). Luego siguieron otros hechos similares en la casa principal de la congregación, en la calle Santa Fe de la ciudad de Salta, y en otra residencia de Finca La Cruz.

El damnificado refirió que Rosa Torino le solicitaba que se bajara los pantalones y le mostrara los genitales. Hacía las “revisaciones” con el pretexto de verificar si tenía una enfermedad testicular llamada varicocele. El imputado decía conocer sobre el tema y le aseguraba que lo hacía para cuidarlo, como un padre preocupado por la salud de su hijo. El denunciante precisó que, en algunas oportunidades, Rosa Torino le tocaba sus partes íntimas y, en otras, solo se las observaba.

Y. G. manifestó que al principio sintió mucha vergüenza, pero luego los tocamientos se naturalizaron, ya que él confiaba en lo que le decía el sacerdote, fundador de su comunidad. Dijo que, no obstante, sus superiores nunca lo llevaron a un médico para que lo revisara y le confirmara si padecía o no la enfermedad que le había detectado Rosa Torino. 

El acusado sostuvo que solo fue consciente de los abusos que había padecido en manos del sacerdote cuando se entrevistó en Buenos Aires con otro exmiembro de los Hermanos Discípulos de Jesús San Juan Bautista, que ya había presentado denuncias en contra de la congregación.

Finalizada la declaración de Y. G., el tribunal pasó a un cuarto intermedio hasta el próximo lunes, a partir de las 13.

El juicio está a cargo de los jueces de la Sala IV: Maximiliano Troyano (presidente), Norma Beatriz Vera y Roberto Faustino Lezcano (vocales).

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