Condenan a 11 años de prisión al recluso que intento matar a su pareja durante una visita conyugal en la cárcel de Güemes

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El condenado es un ex policía que estaba detenido por un delito de narcotráfico. El tribunal consideró acreditado que convocó a su pareja para asesinarla en el penal y que luego planeaba suicidarse. La fiscalía solicitó que cambie el protocolo para preservar la seguridad de las personas durante las visitas a los penales federales.

Luego de más de un mes de audiencias, el Tribunal Oral Federal Nº 1 condenó este lunes a Ramón Oscar Luna a la pena de 11 años de prisión por considerarlo culpable del delito de tentativa de femicidio doblemente agravado por el vínculo y violencia de género contra su ex pareja, en concurso real con lesiones leves en perjuicio de dos guardias.

El juicio a Luna, un ex policía que estaba detenido en el Complejo Penitenciario Federal NOA III por un delito de narcotráfico, se llevó adelante por un hecho ocurrido el 17 de enero de 2020, cuando el acusado -según se determinó en el debate- intentó matar a su pareja en el transcurso de una visita conyugal realizada en esa unidad carcelaria.

“Luna premeditó todo, dispuso una suma de dinero para ser retirado por su mujer, siendo éste uno de los motivos más fuertes utilizados para asegurarse la presencia de la víctima, a quien incluso le pidió de manera expresa que no fuera con la hija, por lo que vemos que había pensado en todos los detalles”, dijo el fiscal.

En su alegato, el fiscal solicitó un cambio de protocolo que garantice la seguridad de las personas durante las visitas íntimas.

Añadió que el acusado realizó todos los trámites internos para la disposición de ese dinero, lo cual fue ratificado por personal del Servicio Penitenciario Federal que prestó declaración: los penitenciarios no sólo ratificaron lo solicitado por Luna, sino también explicaron en detalle el protocolo para la disposición de esa suma, consistente en 10 mil pesos.

El fiscal recordó que el día del hecho Luna esperó a la víctima con un bizcochuelo, el cual llevó en un Tapper. En su interior había guardado un cuchillo. El recipiente no fue revisado por los guardias, algo que Luna sabía que iba a suceder, pues, como lo ratificó al declarar, “nunca lo revisaban”.

 “Solo la aparición del guardia que golpeaba las puertas de las habitaciones, minutos antes de que se cumplan las dos horas de la visita, constituía el único elemento de resguardo que, en este caso y de milagro, permitió la intervención de los guardias cuando Luna luchaba con su mujer para rematarla”, afirmó Toranzos.

 “Último beso”

De acuerdo con los elementos de prueba, el fiscal narró que, en un momento dado de la visita, Luna comenzó con los reclamos contra su pareja por el manejo en las redes sociales, lo que llevó a la víctima a expresar su fastidio por el excesivo control del acusado. La expresión de celos fue una situación confirmada en el juicio por los testigos.

En medio de esa escena -prosiguió Toranzos-, en la que finalmente su mujer dio a conocer su decisión de cortar la relación, algo que Luna ya esperaba, el recluso le pidió un “último beso”, acto al que la víctima accedió sin imaginarse que ese era el disparador para su muerte.

Concedido el beso, explicó el fiscal en base a las pruebas, Luna muy sagazmente asentó sobre el cuello de su mujer el cuchillo que había llevado oculto y realizó un corte de lado a lado, ante lo cual la víctima reaccionó instintivamente agarrándole la mano al acusado.

“Tal era la intención asesina de Luna que, pese a ver a su mujer ensangrentada, no reparó en detenerse ante los gritos de su víctima. La golpeó varias veces e incluso la mordió para que suelte el cuchillo y así rematarla, lo que afortunadamente no sucedió debido a la intervención de un guardia, quien escuchó los pedidos de auxilio y actuó en consecuencia”, indicó el fiscal.

Ante el guardia y otro funcionario que intervino, Luna ofreció una tenaz resistencia al punto que llegó a lesionarlos con cabezazos y mordidas, sin perder de vista a su víctima, a quien quería atacar nuevamente para cumplir con su plan, detalló Toranzos. “Para ponerse a salvo, y pese a la importante pérdida de sangre, la mujer tuvo que saltar entre medio de los guardias y su pareja para estar resguardada”, agregó.

“Decidí matarme junto a la persona que amo, no puedo seguir sufriendo acá”, escribió al juez que dirigía la causa por la que estaba privado de la libertad. Al declarar y en respuesta a preguntas del fiscal, Luna reconoció las cartas. “Si está escrito así, no lo voy a negar”.

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