En Villazón, Aguas Blancas y Yacuiba ciudades bolivianas cuya actividad principal es el comercio, las casas de cambio se ven afectadas por las restricciones de la pandemia que impide que argentinos crucen la frontera.
Lejos en el tiempo quedaron los viajes de compras que realizaban ciudadanos argentinos. La devaluación del peso y luego la pandemia produjeron un fuerte impacto en la actividad comercial del otro lado de la frontera.
Desde hace casi un año, ya no es lo que era. Desde que se decretó el aislamiento, social, preventivo y obligatorio y se cerraron las fronteras entre Argentina y Bolivia, el flujo de personas e intercambio de productos disminuyó considerablemente.
Si bien se mantiene constantemente el paso ilegal en esa frontera, el arribo de turistas y comerciantes argentinos que viajaban hasta esas localidades bolivianas es prácticamente nulo ya que el paso está habilitado sólo para transporte de carga internacional.
Ante ese panorama también la devaluación del peso argentino, que es una constante en los vaivenes de la economía, también afectan a la actividad comercial de las ciudades bolivianas que comparten frontera con Argentina.
Es así que en la actualidad si algún argentino llega a Bolivia a cambiar 100 pesos, recibe sólo 5 pesos bolivianos.