Por avance del coronavirus en Brasil, aconsejan no ir de vacaciones a Río de Janeiro, Florianópolis y Recife

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El creciente número de casos de contagio, la falta de camas y los controles de ingreso laxos Brasil, han encendido todas las alarmas de cara a la temporada de verano.

La pandemia global de coronavirus ha trastocado usos y costumbres, y -con ese marco- las vacaciones y la decisión de dónde pasarlas, no son ajenas a estas cuestiones. Desde hace años, los argentinos (sobre todo) han optado por las playas de Brasil para los días de descanso veraniego, pero dadas las circunstnacias ahora se recomienda insistentemente, evitar esos destinos.

Es que el aumento notable de casos de contagios de coronavirus ha encendido todas las alarmas en el país vecino.

El sistema de Salud de muchas de las más importantes ciudades brasileñas están casi al borde del colapso, y en muchos lugares se trata de una situación “crítica” debido a la ocupación superior al 80% en las camas de terapia intensiva. Así se ha plasmado en un análisis de la fundación Fiocruz, y en un reporte de Marcelo Silva de Sousa para La Nación.

Los hospitales trabajan al límite de su capacidad y, no en pocos casos, es moneda corriente ver largas filas de pacientes esperando por cuidados intensivos.

En este complicado contexto es que tres ciudades muy conocidas por los argentinos y buscadas por sus bellas playas -tal el caso de Río de Janeiro, Florianópolis y Recife- son en donde más preocupa la falta de camas disponibles.

Así, contrariamente a lo expresado reiteradamente por el presidente Jair Bolsonaro, quien sostuvo hace poco que la pandemia “está llegando al finalcito”, los más importantes sanitaristas aseguran que las tradicionales reuniones de fin de año y las Fiestas pueden deteriorar aun más el cuadro en las próximas semanas.

En su reporte, dijo también Marcelo Silva de Sousa, que “el escenario cambió en pocas semanas. Desde comienzos de noviembre Brasil enfrenta una aceleración sostenida en el ritmo de contagios. La media diaria de infecciones llegó a 43.000 casos anteayer, la tasa más alta desde el 16 agosto. Para los científicos no se trata, en rigor, de una “segunda ola” sino de un repunte de la primera, que el país nunca superó”.

“El panorama para viajar a Río de Janeiro no es oportuno en este momento”, comentó por su lado en el mismo informe Claudio Gutiérrez, cónsul general de la Argentina en esta ciudad. En Río de Janeiro, el 93% de las camas están ocupadas y casi 200 personas hacían fila este sábado para recibir cuidados intensivos. En el sistema privado el porcentaje de ocupación de camas ocupadas era de casi 100%.

La alcaldía de Río anunció esta semana restricciones en el uso de áreas compartidas en predios y escalonó horarios para la industria y el comercio, pero las playas y restoranes continúan funcionando igual.

El Reveillón de Copacabana (la tradicional quema de fuegos artificiales del 31 de diciembre a la medianoche) y los desfiles de carnaval, dos de los principales eventos de Río y sinónimos de aglomeraciones, fueron suspendidos hace varias semanas.

El consulado argentino en la gran ciudad balnearia brasileña tomó cartas en el asunto y ha recomendado enérgicamente que aquellos que quieran viajar lo hagan con un seguro de salud.

Las normas de ingreso a Brasil siguen estando demasiado relajadas. Es uno de los primeros países en abrir nuevamente las fronteras aéreas a turistas, el 29 de julio. En un comienzo se exigía a los visitantes un seguro de salud válido por el período del viaje, pero ese requisito fue eliminado en octubre. Actualmente no se pide examen PCR ni tampoco se debe cumplir cuarentena. Por tierra, las fronteras continúan cerradas.

En la capital de Santa Catarina, el 93% de las camas de terapia intensiva también se encuentran ocupadas, con solo 11 disponibles, de acuerdo con las últimas informaciones de la alcaldía. Brasil ha registrado más de 180.000 muertos por Covid-19, el segundo mayor número de fallecidos en el mundo detrás de los Estados Unidos.

Marcelo Silva de Sousa, también informa en su exhaustivo reporte que “para quienes opten por viajar de cualquier manera, las vacaciones tendrán, además, un costo adicional. A quienes reingresen a la Argentina a partir del 16 de diciembre se les exigirá presentar un examen de PCR con resultado negativo, realizado 72 horas antes del embarque. En Río, por caso, donde la demanda por esas pruebas es muy alta, el PCR parte de los 50 dólares y puede llegar a 180 dólares, dependiendo del plazo en que los laboratorios entregan el resultado”.

“Es una situación muy especial, la gente que decida venir se pondrá en un riesgo un poco mayor que otras temporadas”, finalizó el cónsul argentino en Florianópolis.

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