Una cuarta edición del desembolso no está descartada como posibilidad, pero el Gobierno admite que piensa en nuevos programas asociados al trabajo
El Gobierno analiza si habrá un cuarto pago del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) que en sus primeras tres ediciones se pagó cada dos meses. El programa de asistencia que a través de un bono de $10.000 llegó a casi 8,9 millones de familias de trabajadores informales, monotributistas de las categorías más bajas y otros sectores golpeados por el parate económico que generó la pandemia de coronavirus Covid-19 todavía puede tener una edición más, pero está en discusión la creación de otros programas que lo reemplacen.
Los dos factores principales que están detrás de las discusiones en las que en estos días participa el Gabinete económico del Gobierno son los costos y la relajación de las medidas de aislamiento social preventivo y obligatorio.
Cada desembolso se decide por una sola vez y le cuesta al Gobierno cerca de $89.000 millones, tres meses de lo que gasta otro programa, el de Asistencia al Trabajo y la Producción. Con el objetivo de reducir a 4,5 puntos del PBI el déficit primario para el año que viene, la previsión del ministro de Economía Martín Guzmán es mantener un presupuesto similar al que sin ley se aplicó este año, pero restando los gastos extraordinarios que se decidieron en el contexto de pandemia.
En ese sentido, el IFE tiene los días contados y así se sabía desde el primer desembolso: cada nueva edición implica una nueva evaluación y una nueva decisión de asumir la enorme erogación que implica.
Por otro lado, la relajación de las medidas de aislamiento social y una curva de casos en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y en el Gran Buenos Aires que, aunque se mantiene en niveles altos, permite especular con que ya alcanzó un pico, hace que en el Gobierno se empiecen a preguntar si ya es hora de cortar con una asistencia que se basa en el freno a actividades que, en muchos casos, han vuelto a llevarse a cabo.
“Lo que va a haber es una herramienta para seguir asistiendo. Mientras haya poblaciones que requieren asistencia, mientras la población siga afectada por un fenómeno del Medioevo en el siglo XXI. Es un tema que esta en discusión y vamos a determinar cuál es la herramienta mas idónea”, explicó hoy el ministro de Trabajo Claudio Moroni en declaraciones a Radio Rivadavia.
Según explicó, el objetivo del Gobierno es destinar los recursos del Estado a la creación de empleo. “El mejor modo de inserción de cualquier persona en la comunidad es el trabajo, a la Argentina no le sobran los recursos. O apunta a la creación de empleo o a un salario universal por solo ser habitante”, dijo.
El lunes, la Anses había salido a aclara que no habría pago junto con el inicio del calendario de la Asignación Universal por Hijo (AUH) de octubre. Hasta ahora, mes por medio, las tres ediciones anteriores del bono habían empezado depositando el extra de $10.000 a los beneficiarios de la AUH. Con lo cual, si hay un IFE cuatro llegará en otro momento.
“Por temas administrativos ya no se llega a pagar desde el 8 de octubre en conjunto con la AUH. Pero no está descartado aún que se pague igualmente”, dijeron fuentes de Anses a Infobae.
“Que no se pague ahora con la AUH que empieza el 8 de octubre por calendario de pagos de Anses no quiere decir que no se pague a esos beneficiarios cuando se defina si sigue la prestación”, concluyeron las fuentes del organismo que conduce Fernanda Raverta.
El calendario de pago del IFE 3 se inició el 10 de agosto y terminó el 21 de septiembre pasado. Como los beneficiarios de la AUH tienen asignado también el pago del IFE, el cronograma empezó de la mano del pago de esa asignación, por orden de último número del documento. Una vez completado el pago de la asignación universal, el calendario continuó con dos días hábiles de pago por número de terminación del DNI, lo que extendió el operativo hasta fines del mes pasado.
El IFE 2, por otra parte, se inició el 8 de junio también a la par del calendario de pago de la AUH y se extendió hasta el 17 de julio último. En esa ocasión, la Anses impulsó la bancarización de los beneficiarios para simplificar eventuales desembolsos futuros. Con lo cual, el operativo completo consistió en tres etapas, una para las familiares que acceden a la AUH, otra para los que informaron cuentas bancarias y una tercera para aquellos a los que se les asignó una cuenta bancaria.