Al final las autoridades eclesiásticas de Salta resolvieron que tampoco habrá procesión en los alrededores de la plaza 9 de Julio como lo habían planificado sin la presencia de fieles y solo unos cuantos invitados.
Tanto el Gobernador Gustavo Sáenz como la Intendenta Bettina Romero habían desistido de participar de la tradicional procesión a la que habían sido invitados. También hizo lo propio el Vicegobernador Antonio Marocco.
Hubo voces críticas desde todos los sectores e incluso la llamaron una procesión VIP, indicando que no eran momentos para una ceremonia con la pandemia que afecta a Salta
Esto llevo finalmente a las autoridades de la Iglesia a suspender definitivamente la procesión en la Plaza 9 de julio.