El responsable de la Iglesia León XIII, Alberto Julio Abram le solicito al arzobispo, Monseñor Mario Cargnello que “no ceda a las presiones del gobierno para clausurarnos también el Milagro; se han pasado seis meses sin hacer nada. Han malgastado la plata que le han enviado para reforzar el sistema de salud”.
El cura mezcla el Milagro, la pandemia, con los recursos que el gobierno, según él ha malgastado y advierte no sobre los riesgos del coronavirus, sino de supuestos enemigos que supuestamente vienen contra la Iglesia Católica.
Dice que Salta tiene desde hace rato una Salud Pública abandonada “en una provincia gobernada por los mismos que se cambian de color qué se ponen amarillo naranja o celeste, según les convenga”.
Le advierte a Cargnello que “El Milagro no es de su propiedad, ni del gobierno, y que no puede tomar esta resolución sin consultar a todo el clero”. Agrega que “ya demasiado daño le hemos hecho al Milagro y a la Fe: hemos perdido la enseñanza religiosa en las escuelas; hemos perdido la peregrinación de las escuelas a la Catedral; hemos perdido el valioso aporte cultural y religioso de la novena original por una traducción mal hecha, que Ud. se empeña en mantener; hemos perdido la Misa del Señor y la Virgen del Milagro en el Misal, mientras se colocan y se agregan cualquier advocación, y ahora estamos perdiendo la posibilidad de celebrar el Milagro”.
Abram pide que el día 15, “saquemos las imágenes con las calles valladas, pidiéndole a la gente que se quede en sus casas, como en Catamarca, y delante de nuestra Catedral los sacerdotes que podamos ir, renovemos nuestro pacto de fidelidad y Usted hable como centinela del pueblo de Salta”.
“No seamos ingenuos, la intencionalidad no es sólo la salud, la intencionalidad es dar un golpe mortal a la cabeza de la Fe de Salta, de allí el silencio cómplice de tantos que están en contra de la Fe y a favor del aborto. Y que hoy están agazapados viendo cómo nosotros nos rendimos ante los embates del autoritarismo gubernamental”.
Según el Cura “el problema de contagio que estamos sufriendo ahora no es por la Iglesia ni por el Milagro, es por el Día del Amigo, del Día del Padre y el Día del Niño, que fueron un descontrol, y por todos los subsidios que son un descontrol en su cobro en el centro y los bancos no se cierran”.
Agrega que “la Catedral ha hecho todos los esfuerzos para mantener el distanciamiento social, no es la Catedral ni las iglesias las que contagian, el súper está lleno y es más chico que la Catedral”.
En otra parte de su escrito, le recuerda la polémica del año pasado con el entonces presidente Macri: “usted le dijo al presidente el año pasado que se lleve el rostro de los pobres y que haga algo por los pobres ¿y a estos que le dice?”, le pregunta. Y olvidándose de las enseñanzas monasteriales, se la agarra con “los obispos, los que los han hecho ganar, los villeros, porque ahora hay más de 50% de pobres. Mientras la UCA mintió el porcentaje de pobres el año pasado para hacer ganar a estos delincuentes”.
Y para remarcar que no hay peligro de contagio en los ritos del Milagro, insiste en que “la Catedral se ha preparado. ¡Qué más puede hacer la Catedral! ¡Qué más podemos hacer las parroquias! Hemos hecho mucho más que el gobierno, que para solucionar los problemas de sanitización, le manda un litro de lavandina a las escuelas y a los hospitales”. Insiste en que el próximo 15 de setiembre debe haber una procesión para unos cuantos elegidos, y le advierte a Cargnello sobre “un bochorno internacional lo que está haciendo la Argentina y es una vergüenza lo que ha hecho Salta, no seamos cómplices, la historia nos va a juzgar, lo va a juzgar”.
Evidentemente, el padre Abram en su afán por minimizar los riesgos de la pandemia y buscar demonios cercanos se olvidó de una tradicional enseñanza de la tradición religiosa local: setiembre “el mes del amor, el mes del milagro”. Lamentable, tango fanatismo. (O.B.)
EL EXPRESO DE SALTA