Pararon en Buenos Aires a un ómnibus que salió de Oran con ropa de contrabando

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Un chofer de micro terminó acusado por una carga millonaria de ropa importada que llevaban unos pasajeros

El contrato de transporte era para un traslado vinculado a la “actividad de cultivo de fruta”, pero llevaba un cargamento millonario de ropa. La policía detuvo al vehículo porque iba a gran velocidad.

“Jefe vengo cargado”. El chofer pronunció la frase de manera espontánea apenas abrió la puerta del micro que conducía, ante el policía que lo esperaba en la vereda. Lo pararon para un control porque iba a gran velocidad, con pasajeros y ejecutaba “maniobras peligrosas para terceros”, según consta en la causa judicial. Bajó del micro, abrió las bauleras y los policías se toparon con gran cantidad de bultos con ropa que parecía de origen extranjero. Había boxers, bombachas, medias, pantalones, calzado de goma imitación de una conocida marca y zapatillas. En total 157 bultos y 150 paquetes con cierres para la ropa.

Fuera del relevamiento quedó lo que algunos pasajeros exaltados alcanzaron a llevarse cuando advirtieron lo que pasaba, bajaron del micro e increparon a los agentes. Lograron meterse dentro de las bauleras, sacar carga e irse corriendo hacia camionetas que los esperaban en la bajada de puente Madero, en el barrio de Lugano.

Los policías pidieron al chofer la documentación de lo transportado y respondió que todo pertenecía a pasajeros. Mientras uno de los agentes llamaba al juzgado en lo penal económico de turno para pedir instrucciones, los viajeros comenzaron a descender, se mostraron “molestos” e incluso intentaron -según la investigación- ofrecer dinero al Inspector a cargo para que no realizara el procedimiento.

Ante el “no” del policía, “unas mujeres sin identificar descendieron de la unidad” y volvieron a subir para incitar al resto a bajar y tomar los bultos. Tres oficiales se colocaron delante del micro y pidieron refuerzos. Se armó un gran operativo. Llegaron más móviles y ahí pudieron recolectar los paquetes de ropa que quedaron tirados en la calle y volver a colocarlos en la bodega del micro.

El chofer quedó ahora procesado sin prisión preventiva como coautor de presunto encubrimiento porque debió presumir que la mercadería podía ser fruto de contrabando y pese a ello accedió a transportarla. Una pericia comprobó que la ropa y el calzado eran de origen extranjero y su valor de mercado en ese momento, superaba varios millones de pesos. No hubo documentación aduanera para avalar el ingreso de la mercadería al país. Por la forma en que estaba embalada -en algunos casos en bolsas transparentes- y la procedencia del micro, la ciudad salteña de Orán, el chofer del ómnibus no podía ignorar el posible contrabando, concluyó la Cámara Nacional en lo Penal Económico

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