El Obispo Emérito de la Prelatura de Humahuaca, Pedro Olmedo, se despidió ayer de la feligresía quebradeña para regresar a su España natal tras una larga reflexión que lo llevó a tomar la decisión de reencontrarse con sus raíces a sus 79 años, de los cuales 50 fueron dedicados a la actividad pastoral.
La despedida fue muy emotiva con decenas de fieles esperando su presencia al sonido de anatas, erkes y la danza de samilantes, manifestación cultural que vivenció y compartió a lo largo de su labor cristiana.
En ese sentido hubo distintos homenajes, que incluyó la vista a instituciones y un recorrido a caballo por las calles empedradas y angostas de Humahuaca, partiendo desde la Iglesia Catedral Ntra. Sra. De la Candelaria, siguió por calle Buenos Aires hasta Catamarca, luego por Avenida Belgrano, calle Padilla, calle Corrientes, Tucumán, y donde allí realizó su última misa en el Complejo Juvenil, ante una importante cantidad de devotos que llegaron inclusive desde parajes aledaños.
El Padre Olmedo nació en San Juan de Asnalfarache, Sevilla, España, el 21 de octubre de 1944; ordenado sacerdote en la Congregación de los Misioneros Hijos del Corazón Inmaculado de María el 9 de junio de 1972; y elegido obispo prelado de Humahuaca el 7 de julio de 1993. Renunció por edad el 23 de octubre de 2019, pero aún así siguió apegado a Humahuaca.
En la Conferencia Episcopal llegó a presidir la Comisión de Ayuda a las Regiones más Necesitadas, y también fue actor clave en la pacificación social durante los períodos oscuros de la institucionalidad jujeña en la década de los 90 con los cambios sucesivos de gobiernos peronistas y paros y cortes de rutas de agrupaciones sindicales estatales.
