Jujuy debe acelerar la llegada de inversiones antes de que la rentabilidad del litio se esfume. ¡Y Salta?

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Los funcionarios provinciales continúan apostando a esta rama de la industria minera a pesar del rezago en la evolución del modelo público-privado, las condiciones legales desfavorables que ofrece la Ley de explotación minera y la caída del 80% en el valor de la tonelada. Hasta el momento, a pesar de la firma de numerosos memorándums no han llegado las inversiones esperadas y las fábricas de baterías de litio prometidas siguen sin instalarse en el territorio.

A mediados de semana una comitiva jujeña, integrando el plantel argentino, participó activamente en la Conferencia Argentina-Alemana Sobre Recursos Minerales y Materiales Críticos, con el gobernador Carlos Sadir a la cabeza, aparentemente obteniendo buenos resultados en lo que a relaciones comerciales refiere.

Según reza el parte de prensa se concretaron distintas mesas de trabajo con los CEO de distintas empresas europeas del sector energético, organismos financieros internacionales, funcionarios alemanes de segunda línea y principalmente fue rubricado el acuerdo de la Mesa del litio (integradas por gobernadores del NOA con yacimientos) junto a los emisarios del grupo DROEGE originaria de Munich, a través de su subsidiaria EUSATI, líder en la comercialización energética.

Hasta allí la misión internacional es fructífera, aunque los tiempos apremian. A mediados de diciembre fue confirmado el colapso en el precio de la tonelada de litio, una reducción exacta de 83% interanual, pasando de costar U$S80.000 en diciembre de 2022 a U$S13.600 mostrando que el mercado, alrededor de un commoditie tan volátil, había virado sus intereses radicalmente sin olvidar el impacto geopolítico.

Como explica el analista de mercado, experto en energía internacional y colaborador de la revista Forbes, Ariel Cohen, el litio sigue siendo un recurso estratégico muy codiciado por las potencias económicas, principales actores del mercado internacional y por supuesto los políticos argentinos también posan sus ojos sobre el oro blanco. Sin embargo hay acontecimientos fluctuando en contra de su rentabilidad: Las materias primas fluctúan todo el tiempo, y el exceso de inversión en la producción no es una historia única.

Lo que diferencia al litio, y lo que hace que esta situación sea tan peligrosa, es la intensa competencia geopolítica a la que está sometido, el entorno normativo con el que interactúa y el papel del litio en la lucha contra el cambio climático. Aunque, en teoría, los fabricantes pueden producir más vehículos con la caída de los precios de las baterías, la demanda de autos eléctricos se ralentizó a medida que líderes como Tesla intentan producir para el mercado de masas. Como ocurre con muchas industrias nuevas, la expansión es dura. Albemarle Corp, el mayor minero de litio, explicó que algunos productores ya empezaron a reducir sus operaciones a medida que caen los precios.

Se trata de una novedad, teniendo en cuenta que a principios de este año, la empresa predijo que el mercado chino de autos eléctricos se expandiría un 40%. Es necesario cierto grado de estabilidad para rescatar el mercado del litio. Los precios del mineral tienen que ser lo suficientemente bajos como para que los consumidores, como los fabricantes de baterías, puedan lograr beneficios, pero lo suficientemente altos como para animar a los proveedores hacia la expansión y la inversión a largo plazo. Aunque a corto plazo, este desplome de los precios es una bendición para quienes antes tenían dificultades para comprar litio y para algunas industrias verdes que lo consumen, a largo plazo, este colapso de los precios resultará perjudicial para la industria de la energía verde. El temor a un nuevo desplome, las actuales pérdidas de capital y la falta de aumento de la producción incluso cuando los precios de los insumos están por el piso pueden paralizar durante años los esfuerzos por aumentar la producción de litio.

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