Cuatro sujetos resultaron condenados a penas de prisión efectiva por comercialización de estupefacientes. Un quinto imputado recibió condena de prisión condicional.
El juicio se llevó a cabo en la Sala III, presidido por la jueza María Gabriela González.
Entre los condenados hay dos hermanos, de 29 y 39 años. El primero fue condenado a seis años de prisión efectiva más multa como autor de los delitos de comercio de estupefacientes y tenencia de arma de guerra en concurso real.
El otro hermano resultó condenado a cuatro años y cinco meses de prisión efectiva más multa por tenencia de estupefacientes con fines de comercialización en calidad de autor. Fue declarado reincidente por primera vez. En su caso, la jueza ordenó que la prisión preventiva del condenado sea cumplida en establecimiento carcelario y ordenó su inmediato traslado en la cárcel local.
Otro de los acusados, de 36 años, fue condenado a cuatro años de prisión efectiva más multa por resultar autor del delito de comercio de estupefacientes. Se ordenó su traslado a la Unidad Carcelaria 1.
Un cuarto imputado, de 32 años, recibió una condena de dos años y ocho meses de prisión efectiva más multa como partícipe secundario del mismo delito. La jueza le revocó la condicionalidad de una pena anterior y unificó ambas condenas en el monto de tres años de prisión efectiva. Se dispuso su traslado a la Unidad Carcelaria 1.
Finalmente, el último acusado, de 33 años, resultó condenado a dos años y ocho meses de prisión condicional más multa como partícipe secundario de comercio de estupefacientes. El sujeto deberá cumplir reglas de conducta para conservar la prisión en suspenso. Entre ellas, abstenerse de cometer nuevo delito y realizar tratamiento por sus adicciones.
La actividad ilícita de los condenados fue denunciada de manera anónima por vecinos que daban cuenta de que un sujeto vendía drogas en la calle Gato y Mancha.
Las tareas de vigilancia – documentadas y filmadas – constataron la veracidad de las denuncias. Se verificó que los dos hermanos imputados eran quienes le proveían las sustancias prohibidas a otros revendedores. Los hacían en sus domicilios de los barrios Portal Limache y Estación Alvarado y también en una vivienda de barrio San Carlos. En ocasiones repartían las dosis en un remís. Los revendedores operaban en barrio Don Emilio y Limache.
