La familia de Don Virgilio, vecino de Rosario de Lerma, pasó más de 24 horas de desesperación y búsqueda cuando éste “desapareció” yendo a atenderse en el hospital. Según el nosocomio nunca lo habían visto, pero resultó que ellos mismos lo habían derivado a Salta Capital y nunca informaron de su situación.
Familiares de Virgilio Santiago Tapia, contaron que salió el martes a las 7 de la mañana hacia la guardia del hospital Dr. Joaquín Corbalán por una dolencia abdominal, pero nunca volvió a casa. Ante esto, consultaron reiteradamente al nosocomio, pero la respuesta fue que el señor no había ingresado en ningún momento.
Preocupados por la situación y sin novedades, la familia lo creyó extraviado y comenzó la búsqueda, llegando a radicar una denuncia de desaparición a las 01 de la madrugada del miércoles. El personal policial de la Unidad Regional 11 volvió a consultar al nosocomio y la respuesta fue la misma: que nunca estuvo allí.
Recién pasadas las 24 hs de la desaparición dieron con unas enfermeras que confirmaron que Don Virgilio sí había sido atendido en el hospital el martes hasta las 15:37 hs, y que lo habían enviado en ambulancia sin destino hacia la ciudad de Salta, donde deambuló hasta que a las 18.30 hs lograron ingresarlo al hospital Papa Francisco. Desde ese entonces había estado internado, solo, en capital.
“En ningún momento el hospital de Rosario se comunicó con nosotros, ni notificó a las autoridades de su situación cuando fueron a pedir información. ¿Cómo puede ser que deriven sola a una persona mayor, y que encima en nuestra búsqueda desesperada nos digan repetidamente que no sabían nada, que nunca estuvo ahí?
Es una vergüenza y una falta de respeto. Pudimos dar con él solo porque subimos su foto a las redes y unos testigos nos dijeron que lo habían visto en el hospital. Se encuentra hospitalizado pero bien”, relataron en las redes.
El hecho, mínimamente, evidenció una atroz falla administrativa en el registro de los pacientes que ingresan al nosocomio, un cortocircuito de comunicación interna y una irresponsabilidad, en la medida que el anciano fue prácticamente abandonado sin un cuidador; pese a que sabían que no podía valerse por sí mismo. Todo sin ahondar en la angustia que sufrió la familia y la pérdida de tiempo causada a la policía.
La Llave del Portal