El ministro de Salud critica a la ONG “Pata Pila” pero se olvida que 150 trabajadores del programa UNIR de acompañamiento familiar en contextos rurales-originarios estuvieron de paro por cinco meses por falta de pago de sus salarios, lo mismo que ocurrió el año pasado.
Federico Mangione a cargo de la cartera sanitaria de la Provincia reconoce ahora que le preocupan los índices de muertes por desnutrición y malnutrición en comunidades originarias del territorio provincial, cuando hasta hace menos de un mes anunciaban con bombos y platillos que los fallecimientos por desnutrición se redujeron considerablemente.
Dijo que, por iniciativa propia durante su gestión en el Hospital Materno Infantil, organizó a un equipo de médicos del citado nosocomio para asistir a embarazadas y mamás Wichis de Santa Victoria Oeste y Tartagal, al estar cansado de las fundaciones que van desde hace años a esos lugares y nunca hubo cambios.
El ministro Mangione, volvió a la carga y puso la lupa sobre el rol de la ONG “Pata Pila” que desarrolla su trabajo en el norte de Salta, pese a que desde el Ministerio de Gobierno le destinaron recursos oficiales para capacitar a agentes de la mencionada organización, sin que haya un trabajo coordinado con los organismos oficiales, especialmente con la Cartera Sanitaria.
Los más de 150 trabajadores de UNIR que dependen del ministerio de Desarrollo Social, estuvieron “licenciados” por 5 meses porque no les pagaban sus salarios. Cobraron hace unos días después de casi 150 días de no cumplir con sus tareas promoviendo el acompañamiento familiar como práctica compartida con mujeres embarazadas, niños y niñas de 0 a 8 años de edad y sus familias convivientes.
Estos trabajadores se encuentran en la primera línea y son precisamente quienes visitan las comunidades para verificar la situación de vulnerabilidad en la que se encuentran chicos con alto grado de desnutrición y que son internados en los hospitales de Orán, Embarcación y Tartagal.
Por más que se oculten los casos, la desnutrición en los niños no solamente de las comunidades aborígenes existen y tambien los fallecimientos por esa causa.
Unas consultas a los hospitales mencionados reconocen los altos índices de desnutrición, pero en las actas de defunción no figuran esas causas, solo hablan de paro cardiorrespiratorio.
