La cuarentena agravó una tendencia que ya venía desde antes: hay una continua salida de empresas del país. Desde aviación hasta autopartes, las filiales locales de compañías extranjeras desisten del mercado argentino.
Una de las primeras en anunciar que se irá del país fue Latam, la aerolínea chilena que está cerrando la operación local. Significó el inicio de la salida de varias aéreas, como Emirates y Air New Zealand.
En el mercado de cabotaje, la noruega Norwegian ya había cedido sus posiciones a Jetsmart. Y hay dudas sobre la continuidad de Flybondi por los problemas en el Aeropuerto de El Palomar.
Telefónica de España anunció que se desprenderá de algunas unidades de negocios en América latina, incluyendo las que tiene en Argentina.
La estadounidense Nike también cederá a firmas locales el desarrollo de la marca en el país. Dentro de las etiquetas de moda, Wrangler y Lee son otras de las que anunciaron retirada.
La fabricante de pinturas para autos Basf, de Alemania, no escapa a la situación. Traslada su producción local a Brasil, donde encuentra un mercado más grande y establecido.
Axalta, de Estados Unidos, dedicada al mismo rubro del mercado automotor, inició el proceso de salida.
La francesa Saint-Gobain, de autopartes es otra en el mismo proceso: cerró su planta de Campana, con más de 150 trabajadores que fueron desvinculados.
Firmas brasileñas estuvieron evaluando seguir un camino similar, pero desde el Gobierno de su país le pidieron reconsiderar, tras alguna gestión de la Cancillería argentina.
Las razones de las salidas son disímiles. Algunas dicen que su negocio local se redujo, que perdían dinero o no cuentan con márgenes atractivos para continuar.
En el mercado aerocomercial, todas las líneas aéreas están muy golpeadas, pero la decisión oficial parece apuntar a privilegiar a Aerolíneas, en desmedro de las otras firmas que operan cabotaje. Los récords de pasajeros transportados en avión de los últimos años parecen irrepetibles, aún cuando pase la pandemia.
En privado, suelen expresar otras quejas. Los problemas para acceder al mercado de cambios es uno de los más mencionados. La restricción cambiaria complica a firmas que dependen de importaciones para llevar adelante sus procesos produc
También están los constantes cambios de regla de juego locales. Desde lo cambiario hasta lo impositivo -se están analizando nuevos incrementos en el impuesto a las Ganancias que pagan las empresas-, pasando por el marco político.
La anunciada expropiación de Vicentin -que no se concretó- metió susto en mercados internacionales.
El sector de las telecomunicaciones, que suele ser uno de los más dinámicos y que requiere inversión permanente para no quedar desactualizado, está reglado por un decreto que amenaza en convertirlo en servicio público.
“En la mayoría de los mercados, los gobiernos están viendo cómo ayudan a las empresas a sostener el empleo y que no se caigan”, detalla el ejecutivo de una multinacional que está de salida.
Y compara: “En Argentina, hubo una asistencia en el pago de salarios, pero las reglas de juego generales son muy cambiantes, inestables. Desde el tipo de cambio hasta las regulaciones e impuestos. Hay que ser un inversor que mire a muy largo plazo”.