Tras el caso de Generación Zoe, Vayo Coin se sumó como una nueva falsa promesa de ganar dinero sobre la base de una inversión.
Al resonante caso de Generación Zoe se sumó el de Vayo Coin: el esquema de criptomonedas que promete multiplicar ingresos sobre la base de una inversión.
Ante la proliferación de este tipo de esquemas que derivan en estafas masivas, cabe la pregunta: ¿cómo diferenciar un proyecto serio de una estafa piramidal?
Durante los últimos años, se conocieron muchas estafas a través de este modelo en el que se generan ingresos derivados de la captación de personas que cada miembro va desarrollando sobre su estructura hacia abajo. A partir de ello, quienes participan van destinando fondos con la ilusión de estar generando ingresos genuinos por la venta de un producto, una capacitación o tecnología.
En este caso, Vayo Coin es la empresa que se suma a la lista, como una nueva falsa promesa de ganar dinero sobre la base de una inversión.
La compañía utiliza la tecnología de las criptomonedas como gancho, pero sin establecer un objetivo claro, ni plasmar un esquema que sostenga el proyecto. Por el contrario, solo se basa en gente que invierte de forma piramidal, dejando al descubierto que no tiene sustento, y derivando en una caída y final esperado.
Quienes se unen a esta crisis y una nueva estafa son las grandes figuras del medio artístico y deportivo, entre ellas, Marcelo Tinelli, L-Gante y Wanda Nara, que participan -habitualmente con ignorancia sobre cuál es el objetivo del proyecto y cuál es la cuestión de trasfondo- promocionando el producto y creando de tal manera una “falsa publicidad”.
Sin embargo, la cuestión crítica de todo esto es entender qué son las criptomonedas y para qué sirven, así como darse cuándo se trata de un proyecto serio o de otro esquema piramidal. Para ello hay que considerar:
– Que tenga una propuesta de valor
– Que tenga un objetivo tecnológico y comercial
– Que genere valor de forma genuina
La falta de educación es la primera y principal debilidad, y junto con ello el no entender realmente cuál es el fin de la tecnología y su utilidad. De esta manera estos esquemas, que se basan en la ignorancia y desesperación de la gente, triunfan, aunque de forma esporádica ya que terminan decantándose en estafas.