Rogelio Parrondo, de 74 años, estaba internado en el Hospital Rivadavia tras haber sufrido un síncope y perder el control de su auto, lo que ocasionó la muerte de una joven de 25 años.
Rogelio Parrondo, el chofer de taxi que hace 10 días perdió el control de su auto a causa de un síncope y atropelló a tres estudiantes francesas, una de las cuales perdió la vida, murió anoche en el Hospital Rivadavia, donde estaba internado desde el día del accidente, según confirmaron fuentes del Ministerio de Salud porteño.
En los últimos días el hombre de 74 años había tenido una evolución favorable, ya no necesitó asistencia respiratoria, había sido extubado y se encontraba estable aunque un poco confuso. Este martes por la noche, sin embargo, comenzó con una fuerte arritmia que no pudo ser contenida y falleció tras sufrir un paro cardiorrespiratorio.
Hasta el martes 10 de mayo, el caso era investigado por el fiscal porteño Matías de Sanctis de la Fiscalía PCyF Nº7. Sin embargo, ese día, De Sanctis se declaró incompetente en la causa tras considerar que la muerte de Lwana podía investigarse como un homicidio por imprudencia, delito considerado en el artículo 84 del Código Penal, y que castiga con uno a cinco años de cárcel a “el que por imprudencia, negligencia, impericia en su arte o profesión o inobservancia de los reglamentos o de los deberes a su cargo; causare a otro la muerte”.
En ese contexto, la investigación debía pasar del fuero penal y contravencional a un fuero de instrucción. Sin embargo, fallecido el conductor, único imputado en la causa, la acción penal queda extinta.
Ahora resta saber si la Justicia continuará la investigación en torno a la responsabilidad médica de los profesionales que trataban al chofer o si la causa quedará archivada. Mientras tuvo a su cargo la causa, el fiscal De Sanctis había solicitado la historia clínica del conductor para corroborar si estaba medicado por su condición o si la falta de tratamiento, o el tratamiento mismo, llevaron al desenlace.