No declaró la perversa madre que dejó morir a su nena de dos años

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Parada y de espaldas Micaela Noemí Colque

En el Salón de Grandes Juicios comenzó hoy la audiencia de debate en la causa seguida contra Micaela Noemí Colque (25), por homicidio calificado por el vínculo en perjuicio de su hija F. C. de dos años. El juicio colegiado está a cargo de los jueces de la Sala II, Ángel Amadeo Longarte (presidente), María Gabriela González y Pablo Farah (vocales interinos).

Durante la primera jornada se llevó a cabo la lectura de la requisitoria fiscal de elevación a juicio. Seguidamente se le consultó a la imputada si tenía previsto declarar, pero se abstuvo.

A continuación, se inició la recepción de pruebas testimoniales. Declaró en primer término un policía que en junio de 2020 prestaba servicio como sumariante en la Comisaría de 10. Relató que la noche del 21 de junio se dirigió al centro de salud de barrio San Francisco Solano por una comunicación que daba cuenta de la presencia de una menor sin vida. Al llegar, se entrevistó con el médico que recibió a la niña, quien le informó que la paciente había llegado en brazos de su madre, Micaela Colque. La menor ya no tenía signos vitales y presentaba lesiones en el rostro.

La imputada le manifestó al personal de la salita en ese momento que había ido a visitar a una amiga y había dejado a su hija sola, tomando yogurt y comiendo galletitas.

El testigo dijo que esa noche Colque estaba en estado de shock, nerviosa, alterada y vomitaba.

A continuación declaró un perito de la División Homicidios encargado de las investigaciones preliminares. Intervino el día del hecho y, posteriormente, reuniendo información a partir de entrevistas a familiares y vecinos de la acusada.

El médico del centro de salud le informó en aquel momento que Colque llegó alrededor de las 23.15 diciendo que su hija se había ahogado. Al ingresar, la menor ya no tenía signos vitales, estaba fría y presentaba lesiones en la cara. El profesional comentó que también era evidente el bajo peso de la niña. El médico le comentó que la imputada estaba tranquila y que “no se la notaba afligida”.

Sobre lo que le dijo Colque esa noche, el perito señaló que, en un primer momento, la acusada contó que se había ido al gimnasio y había dejado a su hija en la cama, tomando yogurt y comiendo galletas. Al regresar fue a verla, notó que no podía respirar y la llevó a la “salita”.

El testigo agregó que, luego, Colque modificó su relato e indicó que había dejado a su hija de dos años con su otro hijo, que en ese momento tenía cinco años.

El perito hizo referencia luego a la información recabada entre familiares de la imputada. La madre biológica de Colque informó que el domingo, día del Padre, había ido a buscar a Micaela en su auto a barrio San Francisco Solano, donde residía la joven junto a su padre de crianza. Dijo que la acusada fue con su hijo de cinco años y compartió el festejo con ellos. Luego, alrededor de las 22, la acusada se retiró con su madre a barrio Ceferino, donde se quedó a dormir. La madre de Colque indicó que la llevó a San Francisco Solano a buscar ropa y que su hija se quedó en su casa hasta el lunes, alrededor de las 21.

La mujer le aseguró al perito que desconocía que Micaela tuviera una hija de dos años. La joven no había compartido esta información con su familia materna, con la que estaba revinculándose en ese momento.

La madre de Colque sostuvo que hasta ese domingo –día del padre- solo había mantenido comunicaciones telefónicas con su hija y que “se estaban conociendo”.

El testigo también informó acerca de las entrevistas mantenidas con vecinos de la acusada. Dijo que coincidían en que la joven agredía verbalmente a sus hijos y que se los escuchaba llorar hasta altas horas de la noche. También comentaron que casi nunca sacaba a la nena y que solo se la veía con el varoncito.

A continuación, declararon el padre y la abuela paterna de la víctima. Él relató que conoció a Micaela Colque a través del Facebook y que tuvieron una relación de alrededor de un año y medio. Ella quedó embarazada y, cuando estaba cursando el sexto mes, llegó llorando a su casa y le pidió dinero para abortar. Le dijo que no quería a la bebé y que, si nacía, la iba a dar en adopción. Él le pidió que no lo haga.

La nena nació con siete meses de gestación. El testigo relató que, cuando fue al hospital, Micaela estaba con una amiga. Al día siguiente se presentó en su casa, se quedó un par de días y luego se fue, dejando a la bebé. Volvió seis meses después, diciendo que quería llevarse a la nena. El testigo dijo que la acusada tenía la orden de un juez y que la policía les informó que, si no entregaban a la niña, podían ir presos.

La abuela paterna de la niña contó que conoció a la acusada cuando fue a pedirle dinero a su hijo para practicarse un aborto. Colque les dijo que su padre de crianza la iba a correr de la casa si llegaba “con otra criatura”. Ante esto, ella le aseguró que la iba a ayudar y la acusada aceptó tener a la niña.

A partir de ese momento –continuó relatando la testigo- Colque comenzó a frecuentar su casa e, incluso, iba con su hijo de 5 años.

La testigo también hizo referencia al día en que la acusada se fue de su casa dejando a la bebé para que ella la criara. Y describió el momento en que regresó para buscarla, previo radicar una denuncia en su contra. La abuela de la menor contó que ella también hizo trámites legales para intentar conservar a la bebé, pero finalmente tuvo que entregárla.

La testigo señaló que mientras su nieta estuvo a su cargo iban agentes sanitarios a su casa y le hacían un seguimiento. Afirmó que, por ser sietemesina, la nena tenía que visitar periódicamente al pediatra, a la fonoaudióloga y a la nutricionista. También tenía todas las vacunas.

Sobre su vinculación con la menor luego de entregársela a Colque, refirió que las visitas no eran muy frecuentes. Dijo que ella iba a verla a su casa y le llevaba pañales, alimento y ropa, pero sostuvo que eran encuentros cortos.

Señaló que en algunas ocasiones observaba lesiones en la nena y, cuando le preguntaba a la madre, ella le decía que se había caído. La última vez que vio a la bebé fue en abril de 2020.

Sostuvo que más de una vez le ofreció a la acusada cuidar a la nena si ella necesitaba salir, pero Micaela nunca aceptó. Sobre el fin de semana puntual en que ocurrieron los hechos, la abuela indicó que llamaron a la acusada pero no les respondió.

En la requisitoria fiscal de elevación a juicio se tuvo por acreditado que Micaela Noemí Colque dejó a su hija de dos años sola durante dos días en su domicilio de barrio San Francisco Solano. Cuando regresó a su casa, al advertir que la niña no respiraba, la llevó al centro de salud y adujo que se había ahogado mientras consumía yogurt y galletas.

El personal médico le realizó maniobras de reanimación pero la niña ya no tenía signos vitales y presentaba una temperatura corporal baja. Además, pudieron observar a simple vista que tenía signos de golpes y escoriaciones en la cara.

La perito del CIF que examinó luego el cuerpo de la niña indicó que presentaba un avanzado estado de desnutrición y deshidratación y múltiples heridas contusas en todo el cuerpo.

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