El barrio de Once está distinto. Si bien hoy se permitió la apertura total de locales, en el corazón de esa zona (Larrea, Rivadavia, Boulogne Sur Mer y Lavalle) sólo pueden abrir los de CUIT pares los días pares y lo mismo con los impares. Los comerciantes siguen preocupados, aseguran que el 60% de sus ventas provienen de zonas del interior del país y del conurbano profundo, que aún no pueden trasladarse libremente.
Eduardo Sirodsky es el presidente de la Asociación de Centros Comerciales de Once, explicó a BAE Negocios: “Somos un total de 8000 comercios, la cuarentena nos pegó muy duro, fueron cinco meses casi sin trabajar. La entrega de ATP ayudó pero no alcanza, pagamos alquileres altos, hay que pagar sueldos e impuestos. Los que tienen empleados que viven lejos, no pueden usar el transporte público, así que tampoco pueden abrir porque gastarían más en remis”.
Ventas de Once a mayoristas
La zona cambió mucho, ya no es un hormiguero como siempre lo fue. “Más del 60% de las ventas de los comerciantes del Once son a mayoristas, a gente del interior o de ferias del conurbano. Si no pueden venir, nos afecta mucho. Durante todo el año, llegan tours de compras de todo el país y ahora no pueden venir. Un 20% de los locales de Once no van a reabrir sus puertas, eso representa a 1600 locales. Al caminar el barrio se ven cada vez más locales en alquiler”, explicó Sirodsky, quién es un dueño de una marroquinería. Si bien los habilitan a abrir de 11 a 21, en general abren hasta las 18 horas, en su caso bajó las persianas a las 16 horas, nadie compra valijas si no puede viajar.
No sólo las marroquinerías están en problemas. Las tradicionales casas de cotillón y de souvenirs también ven un futuro negro a corto plazo. Si bien muchos se reconvirtieron y empezaron a vender productos vía internet, no les alcanza. “Las ventas on line representan entre el 15% de lo que se factura en Once, no nos sirve. Ahora abrimos, respetando todos los protocolos, en la mayoría se ofrece alcohol en gel, en algunos toman la temperatura, hay alfombras sanitizantes y la gente ingresa, pero puede sólo una persona cada 16 metros cuadrados. Tomamos muchas medidas para cuidarnos, en cada local, siempre están los propietarios o alguien de la familia. Recaudos que no toman los manteros que venden en la vereda”, señaló el presidente de la Asociación de los Centros Comerciales de Once.