Roberto Giordano, a juicio: lo acusan de ocultar 17 bienes y de evadir impuestos con sociedades fantasmas

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El ex peluquero de los famosos está procesado por insolvencia fraudulenta. Se enfrenta a una posible pena de 6 años. Las declaraciones de sus ex empleados que lo complican.

Roberto Leonardo Giordano, el reconocido peluquero que supo peinar a personalidades de la farándula argentina, tiene mucho que explicarle a la Justicia y deberá hacerlo en pocos meses. Es que en las últimas horas el juez en lo penal y económico Marcelo Aguinsky lo envió a juicio oral por el delito de insolvencia fraudulenta. Puntualmente se lo acusa de crear empresas fantasmas, en las que ponía como responsables a testaferros, con el objeto de esconder bienes y evitar pagar impuestos o cargas sociales.

La Justicia considera que es el único responsable y que no podía desconocer las maniobras ilegales que se realizaron.

Giordano en su época de esplendor cuando todavía la justicia no iba tras sus pasos

Para entender el complejo entramado que habría realizado Giordano, y que se investigó durante más de 6 años hasta llegar a esta elevación a juicio, conviene repasar el procesamiento que sufrió el peluquero el 5 de junio del 2020. Allí se explica detalladamente el delito que se habría cometido.

Según la reconstrucción judicial, al verse acorralado por las requisas fiscales de la AFIP sobre su peluquería, que tenía bajo la sociedad ASPIL S.A, Giordano habría utilizado testaferros (ex empleados o personas de su confianza sin capacidad financiera) para crear empresas paralelas en las cuales él no tenía ningún tipo de responsabilidad en los papeles pero que seguía dirigiendo en la práctica. A esas empresas, llamadas Nilamar S.A, Big Brands S.A, Arimis S.R.L y Unidor S.RL, entre otras, trasladó personal y, sobre todo, bienes.

“Una vez que hizo todo eso, la empresa que él reconoce como propia, Aspil S.A, quedó vacía, es decir solo quedó el cascarón: sin empleados, sin bienes, sin absolutamente nada. Mientras tanto seguía ahí acumulando deudas, no pagaba impuestos, evitaba abonar las cargas sociales. Si le hacían juicio, ya no tenía nada a su nombre, lo había pasado todo a las empresas truchas. Esa es la maniobra”, le explicaba a Infobae una fuente judicial en los días en los que se conocía el procesamiento.

En total son 17 los bienes que el peluquero habría pasado de su empresa a las sociedades fantasmas manejadas por sus conocidos. Lo hacía a través de ventas a valores nulos, bajos o transferidos directamente a personas carentes de solvencia económica. Luego los desapoderaba de sus bienes en detrimento de sus patrimonios.

Entre los bienes encontrados que habrían pertenecido al peluquero pero que “vendió” a estas sociedades manejadas por personas allegadas a él, se encuentran un departamento en calle Arenales 1251, las unidades funcionales 1 y 2 del edificio de Libertador 4880 y tres vehículos, entre otros.

“Lo que hizo Giordano en esta causa que se investiga fue, básicamente, crear una serie de empresas falsas y sellos de goma que puso a nombre de conocidos suyos, en su mayoría empleados sin capacidad financiera. Empresas que en realidad él manejaba desde las sombras. Es decir, usó testaferros. El objetivo fue esconder en esas sociedades fantasmas los bienes para evitar perderlos, ya que la AFIP lo estaba investigando y él lo sabía”, explica una fuente en los tribunales del fuero penal económico.

En la elevación a juicio de 9 páginas que firmó Aguinsky el magistrado hace especial hincapié al conocimiento que Giordano tenía de todos y cada uno de los movimientos financieros y societarios que se investigan: “Giordano no habría desconocido la existencia de las diversas fiscalizaciones que le fueron iniciadas y notificadas por parte del Fisco, ni la constitución de las sociedades mencionadas anteriormente ni mucho menos las distintas transferencias de bienes de su patrimonio que se hicieron. Pese a no encontrarse formalmente designado como autoridad de las mismas, eran manejadas por el aquí imputado”.

En el voluminoso expediente, llevado adelante también por el fiscal federal Jorge Dahl Rocha, se detallan una serie de pruebas y testimonios que complicaron al peluquero y que fueron la base de la investigación y, también, de la elevación a juicio.

Un cotejo realizado por la AFIP en cuanto a los empleados en relación de dependencia que trabajaron para Giordano develó que ASPIL, la empresa que el acusado reconoce como propia, traspasó 227 empleados a Big Brands, 55 a Arimis y 3 a Unidor, mientras que luego hubo pases de empleados entre las propias sociedades. Para la justicia esto no parece lógico si se tiene en cuenta que, supuestamente, Giordano nada tenía que ver con las nuevas sociedades.

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