Sin conceder un set en los cuatro partidos que lleva disputados, Diego Schwartzman dio un paso más en su inmaculado camino en esta edición 2021 de Roland Garros al derrotar este lunes al potente alemán Jan-Lennard Struff (42° del ranking) por 7-6 (11/9), 6-4, 7-5. El porteño, número diez del mundo, avanzó así por tercera vez en su carrera a los cuartos de final en el Grand Slam francés.
“Estoy feliz por estar de regreso en Roland Garros, de regreso a cuartos, pero un poco menos por jugar tal vez ante Rafa en la siguiente ronda, pero bueno…”, ironizó Schwartzman desde el centro de la pista, consultado por el extenista francés Cédric Pioline. Y, sí se cruzará con Rafael Nadal, trece veces ganador en París, que venció por 7-5, 6-3 y 6-0 al joven italiano Jannik Sinner.
Y reflexionó “Cuando gano el primer set siento que voy a ganar el partido. Y también tengo buen récord a cinco sets cuando ganó el primero. La gente ayudó un poco. Y también lo levantaron a él en un momento. Es lo lindo de jugar con público”.
Sí, el Peque se marchó feliz por su gran rendimiento y, sobre todo, por la reacción que tuvo en el primer capítulo, donde parecía tener todo perdido.
Es que el alemán, que buscaba un inédito pase a cuartos de final de un Grand Slam y que sorprendió al ruso Andrey Rublev en primera ronda -su primera victoria ante un top 10-, se había escapado 5-1 en ese set inicial que duró 69 minutos. Y el argentino tuvo que salvar siete set points en contra antes de llevarse el parcial en un agónico y maratónico tie break, que ganó por 11-9.
La pendiente se hizo más suave para el argentino en el segundo set, aunque vio cómo su rival le rompía el servicio en dos ocasiones. Pero pudo recuperar los dos breaks y conseguir luego uno más en el último game del parcial, para cerrarlo en 49 minutos.
El tercero se prolongó más de lo esperado. Porque Schwartzman llegó a estar 4-0 arriba, gracias a un arranque inmejorable, pero Struff, sin nada que perder, reaccionó e igualó el marcador. El Peque, entonces, comenzó a construir nuevamente la victoria, que selló con otro quiebre en el 12° game, luego de 3 horas y 2 minutos de partido en la Suzanne Lenglen, la segunda cancha en importancia del complejo de la Porte d’Auteuil.
“Fue un partido muy duro y difícil desde el principio. No me sentí cómodo, jugué con lo que había y luché cuando las cosas no salían. En el comienzo, la tensión me jugó una mala pasada y no me pude soltar”, analizó el argentino.
Al Peque se le dan bien a los rivales alemanes en Grand Slams: está 5-0 en el historial ante jugadores de ese país. El pupilo de Juan Ignacio Chela venía de derrotar por un claro 6-4, 6-2 y 6-1 a otro germano, Philipp Kohlschreiber (132°), y ahora dio un paso más en el torneo, en el que sigue sin perder sets y volvió a jugar en un gran nivel, después de un flojo arranque de la gira de polvo de ladrillo.
Es que en este 2021, antes de su debut en la capital francesa, había ganado apenas dos partidos en los torneos de canchas lentas de Europa, en Barcelona, y se había despedido en los debuts en Montecarlo, Madrid, Roma y Lyon.
