Un hombre de 35 años fue condenado en juicio abreviado a la pena de diez años de prisión por abusar sexualmente de sus dos hijas.
C. H. R. fue denunciado por su concubina. La mujer relató que llevaba quince años de relación con el acusado y que tenían cuatro hijos en común: dos nenas de 15 y 14 años, y dos varones de 12 y 5 años.
El 7 de abril del año pasado, alrededor de las 3 de la madrugada, la denunciante se despertó porque sintió un llanto proveniente de la habitación donde dormían sus hijas. Se levantó para ver qué sucedía y encontró a su hija de 14 años llorando en la cama y al acusado de pie, junto a ella. La menor le contó que su papá se había acostado con ella, que le había bajado el pantalón corto y le había tocado sus partes íntimas.
A partir de esto, su otra hija, de 15 años, se animó a contarle a su mamá que el imputado también había abusado de ella con tocamientos en varias oportunidades, y que incluso había llegado a penetrarla en dos ocasiones. Le contó que ella lloraba y que luego él le pedía perdón y le preguntaba qué podía hacer para que lo disculpe. Entonces ella le pedía que se fuera de la casa, pero él no lo hacía.
La joven le dijo a su mamá que no se había animado a contarle acerca de los abusos porque no sabía cómo iba a reaccionar.
El juez Pablo Farah, vocal de la Sala III del Tribunal de Juicio, encontró a C. H R. penalmente responsable de los delitos de abuso sexual gravemente ultrajante agravado por el vínculo y la situación de convivencia preexistente con una menor de dieciocho años en perjuicio de M. A. R.; y por abuso sexual gravemente ultrajante agravado por el vínculo y por el aprovechamiento de la situación de convivencia preexistente con una menor de dieciocho años y abuso sexual con acceso carnal agravado por el vínculo y por el aprovechamiento de la situación de convivencia preexistente con una menor de dieciocho años (dos hechos), en concurso real, en perjuicio de V. A. R.
Nota: Se omitió el nombre completo de las personas involucradas para preservar la identidad de las menores y su derecho a la intimidad y confidencialidad, en virtud de la Convención de los Derechos del Niño (artículo 75, inciso 22 de la Constitución Nacional, Ley 23849) y las Leyes 26061 de Protección Integral de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, y 26522 de Servicio de Comunicación Audiovisual.
