La escalofriante amenaza de la barra de Talleres a los agresores de su líder, que fue humillado en la cárcel

0
747

Walter “el Toro” Aguilera, cabecilla del grupo violento de la T, fue filmado mientras era golpeado en el Establecimiento Penitenciario Número 9 por diferencias en el manejo de la barra y por el reparto del dinero del robo en un famoso restaurant. Sus secuaces difundieron un video encapuchados y con armas largas y cortas, vaciando los cargadores y desafiando a quienes atacaron a su líder.

Diez días atrás, Córdoba se vio sacudida por un video filmado en el Establecimiento Penitenciario Número 9 en las afueras del centro de la ciudad, donde uno de los internos era humillado y torturado en vivo. Los tres minutos que sus agresores hicieron circular por redes sociales eran escalofriantes. Y el caso tomó relevancia porque el preso no era un hombre más: se trataba de Walter el Toro Aguilera, líder de la barra brava de Talleres, con frondoso prontuario y quien cayó detenido en octubre pasado. Pero lo que siguió este fin de semana es aterrador: los secuaces de Aguilera en la barra y pertenecientes también a su banda delictiva se filmaron durante 48 segundos encapuchados con ametralladoras y revólveres de grueso calibre y chalecos antibalas prometiendo venganza. Y mientras van hablando, vacían los cargadores de sus armas en una imagen que en el imaginario popular podría remitir a los cárteles de droga de Colombia o México, pero que se produjo acá nomás, en la provincia mediterránea. Tremendo.

La historia mezcla una guerra de tribuna, un botín millonario de un robo a un conocido restaurante que tiene franquicias en todo el país y es famoso por sus milanesas y también una batalla política, como era de esperar, ya que varios de los involucrados trabajan en el sindicato de recolección de residuos provincial y el propio Toro Aguilera era el guardaespaldas de Mauricio Saillen, titular del sindicato y empleado de la Municipalidad, quien estuvo preso hasta abril de este año acusado de defraudación y estafas millonarias a y recuperó la libertad tras pagar una fianza de diez millones de pesos.

Aguilera había tomado la barra de Talleres tras la caída de Darío Cáceres en febrero de 2019, a quien secundaba desde hacía un lustro. Y se sostuvo con gente del sindicato y muchas más que reclutó en el ámbito del delito, para hacerle frente al grupo rival del barrio Villa El Libertador, que buscaba desbancarlo. Y generó mucho odio entre sus rivales. En el video donde lo torturan, le dicen que eso es parte de un vuelto por haber prendido fuego un bombo de la facción rival y también un terreno con una casilla. Pero lo más inquietante es que le hacen dejar un mensaje a su segundo en la barra, Cristian el Rengo Piscitiello, otro con frondoso prontuario por robo con armas y también relación con el sindicato de recolectores, quien no habría repartido como estaba convenido un botín de cinco millones de pesos de un robo producido poco tiempo atrás a un restaurante muy popular. Otros apuntan también a la coincidencia temporal con un robo a una estación de servicio que dejó un botín de 70 millones de pesos por parte de una banda que utilizó chalecos antibalas policiales, similares a los que se ven en el video.

Lo cierto es que Aguilera decidió no denunciar a sus agresores, aunque su grupo le adjudicó el hecho a Pablo Pistola Silva, capo de la barriada de Barranca Yaco, al noroeste de la ciudad y líder de otro grupo delincuencial. En el medio, Carlos Pacheco, ex capo de la barra de Talleres condenado a siete años de prisión en 2017, escribió en Facebook: “Qué pasó con el jefe. Está llorando o me parece. ¿Alguien me podría decir si es verdad? No sabía que los toros lloran. Esto no es coca, papi. ¿Y qué pasó con el jefe de La Fiel?” poniendo más escozor a todo el asunto

Con todo este combo explosivo enfrente y sin que la Policía ni la Justicia tenga claro el panorama, el viernes la facción de Aguilera reaccionó con el video que publica Infobae y que sacudió a todo Córdoba. Allí, los encapuchados, mientras vacían sus cargadores, afirman: “Este mensaje va para vos, cartonero. Vos verdugueaste a un delincuente, lo verdugueaste a ese muchacho con el hijo, te metiste con la familia. Vos sos un ciruja, cartonero. ¿Sabes qué? Vos nunca contaste seis ceros: la casa que tenés te la dio el Gobierno. Vos no sos nadie. Te metiste con la familia, ahora atenete a las consecuencias. Es el momento de nosotros ahora. Esto es serio, para vos y para todos los que estuvieron prendidos con vos: están todos identificados, sabemos cada uno, quién es cada uno de ellos, cada casa, cada barrio y cada lugar. Atenete a las consecuencias, no sos delincuente vos. ¿Mafia?, la mafia te corta el cogote, te corta la cabeza. Esto es una banda. Te vamos a asesinar hijo de puta”.

Semejante amenaza puso en alerta a toda la Seguridad. Porque además hay un detalle que no pasó inadvertido: en el video los secuaces de Aguilera hasta se cubren con guantes, para que no se vean los tatuajes que los pueden identificar. Estas guerras muchas veces se resolvían los días de partido, en la tribuna o los alrededores del estadio para terror de los hinchas comunes, sin importar si el conflicto radicaba en el manejo de la popular o en botines mal repartidos. Pero sin público por la pandemia, la batalla ahora promete ser librada casa por casa, barrio por barrio. Esa es la amenaza y ese es el desafío que enfrenta Córdoba para parar toda esta locura.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí